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Los Giants retoman la forma e identidad de a poco

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Los Gigantes ahora lucen mucho más como el equipo que han sido en las últimas temporadas. Foto: Getty Images

Los Gigantes ahora lucen mucho más como el equipo que han sido en las últimas temporadas. Foto: Getty Images

Este ha sido el arranque más duro de temporada que Bruce Bochy puede recordar, tanto dentro como fuera del terreno. Pero eso no significa que los Gigantes no vayan a estar luchando como siempre en agosto y septiembre.

Y quizás hasta en octubre.

Con victorias en ocho de sus últimos 10 juegos, incluido un triunfo por 6-4 la noche del lunes sobre los Cachorros, los Gigantes finalmente agarraron el ritmo. Todavía tienen fuera a piezas fundamentales como Madison Bumgarner y Hunter Pence, pero ciertamente no están llorando por ellos.

Buster Posey se ha recuperado de una conmoción cerebral sufrida a principios de abril, Brandon Crawford regresó tras un tirón en la ingle, Denard Span volvió de su lesión en un hombro e incluso Pence corrió un poco en los jardines el lunes.

El mismo Bochy perdió un tiempo durante los entrenamientos y la temporada regular debido a problemas cardíacos, pero era imposible darse cuenta de todo eso hablando con él en el clubhouse de visitantes antes del inicio de la serie de cuatro juegos en Wrigley Field.

Es el mismo manager digno del Salón de la Fama, con la misma mentalidad ganadora.

Cuando se le contó que Henry Schulman del San Francisco Chronicle había encontrado que ningún equipo que hubiese abierto la temporada con récord de 12-24 había podido acceder a la postemporada, Bochy sonrió.

«Eso es, Henry», dijo Bochy. «Tienes que verlo como si cavamos nuestro propio hoyo y nos creamos un gran desafío. Pero también nos pusimos en posición de protagonizar una gran historia. Si miras dónde estamos ahorita, estamos en mejor posición que hace 10 días. Los muchachos se están recuperando, sintiéndose mejor. El hecho de que algo jamás se haya logrado no significa que no se pueda hacer».

Los Gigantes pasaron las primeras seis semanas de la campaña debajo de una especie de nube negra. El día más oscuro de todos fue ése en el que Bumgarmer chocó su bicicleta y se torció el hombro de lanzar durante un día libre en Colorado. San Francisco había empezado la temporada con un gran optimismo después de haber sumado al cerrador Mark Melancon para apoyar a Bumgarner, el dominicano Johnny Cueto, Jeff Samardzija y Matt Moore, la rotación que utilizaron para retar a los Cachorros en la Serie Divisional de la Liga Nacional en octubre pasado.

Aunque los Cachorros ganaron en cuatro juegos, parecían destinados a jugar el Juego 5, en el que se hubiesen enfrentado Cueto y Jon Lester, antes de que Chicago le anotara cuatro carreras al débil bullpen de los Gigantes en la novena entrada del Juego 4.

«Te lo digo, hombre, el Juego 4 básicamente ganó la Serie Mundial», dijo el manager de los Cachorros, Joe Maddon. «Yo no quería ver otra vez a Cueto. Nos toca verlo ahora (el martes), pero eso está bien comparado con haberlo visto en aquella situación. Ese Juego 4 en San Francisco, me enfoqué mucho en eso, en cómo sería un Juego 5 en casa, qué pasaría, y en cómo debíamos hacer todo lo posible por ganar aquella noche en San Francisco. Para mí, ése fue el juego de toda la postemporada».

Algo grandioso que tiene el béisbol es que no importa cuánto tiempo entrenes en Arizona o Florida; nadie sabe qué puede pasar en abril. Ese fue el caso de los Gigantes. Perdieron tres de cuatro abriendo la temporada en Arizona, y luego dos de tres en San Diego. Después cayeron en seis de siete duelos durante otro trayecto contra Rockies y Reales. Así, se encontraron con récord de 6-13 para el 23 de abril y de 12-24 para el 11 de mayo.

Por suerte para los Gigantes, no hay nada más largo en el deporte que una temporada de Grandes Ligas. Los Gigantes saben que los equipos contra los que están compitiendo en la División Oeste de la Liga Nacional y los dos puestos del Comodín también tendrán rachas malas.

El único detalle es que San Francisco no se puede dar el lujo de sufrir otra.

«Este es un equipo que ha ganado en el pasado», dijo Bochy. «Nada de lo que son capaces de hacer cuando tienen la espalda contra la pared me sorprende. Odio tener que decir que tienes la espalda contra la pared en mayo, pero nos cavamos un hueco bien grande. Tienes que verlo como lo estamos viendo; no es algo que vayas a resolver en uno o dos días. Tienes que ir ganando juegos poco a poco, ganando series, y ya veremos en qué posición estamos cuando llegue el Juego de Estrellas. Espero que hayamos podido avanzar».

El zurdo Ty Blach, quien ha reemplazado a Bumgarner en la rotación abridora, está poniendo de su parte. Tiró siete sólidos innings el lunes antes de que los Cachorros hiciesen cuatro en el octavo.

«La clave para que cualquier equipo tenga un año exitoso es tener profundidad. Necesitas contar con muchachos que puedan llegar, suplir a alguien y hacerlo bien», dijo Bochy. «Necesitas una sorpresa, alguien que llene una vacante y suavice el golpe que representa perder a un jugador clave. Eso es lo que él ha hecho».

Mientras más hablaba Bochy, mejor parecía sentirse. Al finalizar la entrevista, reconoció que se sintió más preocupado por los Gigantes en agosto del 2010. Y ese año ganaron la Serie Mundial.

Si puedes sobrevivir jugando con la espalda contra la pared en mayo, ¿qué tan fuerte serás llegado agosto? ¿U octubre, inclusive? A estos Gigantes les encantaría saberlo.

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