Yadier Molina es uno de los mejores receptores en la historia de Grandes Ligas. El boricua posiblemente haya revelado el jueves de dónde vienen todos sus poderes: Es un imán. De otra manera, no sé cómo uno explicaría lo que pasó cuando una bola quedó pegada a su protector durante el juego de los Cardenales y los Cachorros.
Anyone a physics major??? pic.twitter.com/MmXr3UqkTc
— Cut4 (@Cut4) 6 de abril de 2017
Esto también explicó por qué Adam Wainwright tuvo que tirar su pitcheo a 20 o 30 yardas de Molina cuando se cruzaron con la señas durante la misma serie: De haber estado más cerca, el imán hubiese atraído la bola.
Resulta que ni Molina ni el manager Mike Matheny supo explicar lo ocurrido con la bola pegajosa. «No sé qué pasó. No tengo idea», le dijo Matheny a Jenifer Langosch de MLB.com. «Nunca he visto esto». Molina repitió eso, agregando que si la bola no se hubiera pegado a su protector, habría hecho out de manera fácil al corredor Matt Szczur mientras el bateador emergente corría hacia la primera.
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