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Los coaches criollos están de moda en las mayores

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El ex mánager de Águilas suena para dirigir a Atlanta en el 2011.

El ex mánager de Águilas suena para dirigir a Atlanta en el 2011.

El pasado jueves se produjo en Bradenton una cumbre de coaches venezolanos sin previa convocatoria. Asistieron Eduardo Pérez, coach de bullpen de los Bravos de Atlanta; Luis Dorante, que ejerce la misma función de Pérez, pero en los Piratas de Pittsburgh; Carlos García, coach de primera de los bucaneros. Era a su vez una asamblea de mánagers de la temporada pasada de la LVBP, a la que se sumó Heberto Andrade, catcher de bullpen de los corsarios, y “prácticamente un asistente del coach de pitcheo”, como él define su rol en la novena filibustera.

Ellos no batean, ellos no fildean, pero de que son grandeligas lo son, como lo afirma Eduardo Pérez: “Uno es bigleaguer también. Yo no he dejado de ser grandeliga”.

A lo largo del recorrido por el spring training se topará usted frecuentemente con técnicos que representan a la pelota nacional: Alfredo Pedrique en Houston, Omar Malavé en Toronto, Omer Muñoz y Jesús Marcano Trillo en las filiales de los Medias Blancas de Chicago, Jesús Tiamo en los Filis de Filadelfia, Édgar Tovar en los Cachorros de Chicago.

El caso de Pittsburgh es especial, porque allí hay en este momento más coaches venezolanos que peloteros nativos. “Debes tener en cuenta que muchos de ellos vinieron invitados y ya se sabía que iban a ser mandados a ligas menores, aunque existe la posibilidad concreta de que puedan volver a subir”, explica García la anomalía que a la vez simboliza la diversificación del beisbol hecho en Venezuela. “Es algo especial, no es algo que se vea todos los días”, apunta Dorante. “Es un reto estar en este nivel”, destaca García.

Vistos como amenaza

“Los latinos siempre somos percibidos como una pequeña amenaza, porque ahora ves muchos más coaches latinos en Grandes Ligas que antes. Se está apreciando el nivel que uno puede aportar a las organizaciones de Grandes Ligas. Hay un grupo de venezolanos y eso nos dice que el futuro puede ser bastante bueno”.

“Carlos es una persona de la que he aprendido mucho, por su experiencia en Grandes Ligas como jugador y como coach”, desgrana Dorante. “Este es mi cuarto año como coach de Grandes Ligas (su primero fue en 1995, con los Marlins de Florida) y es un sueño para mí porque uno trabaja para esto, para llegar a Grandes Ligas. No tuve la dicha de hacerlo como pelotero, pero sí como coach y la meta de uno es escalar. No me conformo con ser coach de bullpen. En mi mente está, en el momento preciso, pasar a coach de tercera o primera y al final dirigir un club de Grandes Ligas”.

Cuando se produjo su nombramiento como coach de primera, García comentó a modo de chanza que ese cargo era “un jamón”, pues sólo tenía que recoger guantines. “Mientras más guantines, mejor, porque significa que hubo bastante gente en circulación”, ironizaba; pero el bolivarense sabe que tiene una responsabilidad. “Debes pasarle la información a los corredores, ver el movimiento de los pitchers, agarrar las señas. Este es un juego en el que debes estar pendiente de los detalles”. García, por cierto, va más allá de sus atribuciones como coach de primera y también aporta su conocimiento como ex infielder para mejorar el desempeño de jugadores como Ronny Cedeño. “Carlos me ha ayudado mucho en mi juego de pies y trabaja conmigo para colocarme en el campocorto según el tipo de bateador”, recuerda el torpedero.

Hay una relación de camaradería entre Dorante, García y Andrade. Con frecuencia hablan de lo que fue la temporada venezolana y hacen chistes sobre el particular. “Cuando estaba (Jean) Machí aquí era cuando más tocábamos el tema”, acota Dorante. “Felicito muchas veces a Carlos por la temporada que tuvo, lo nombraron mánager del año por algo. Lo que hizo no fue fácil: llevar a un equipo a la final en su primer año como dirigente en la pelota venezolana; además, a un equipo como Magallanes, que ha tenido toda esa trayectoria y que presentaba algunos problemas internos. Yo tengo dos premios al Mánager del Año y él uno en su primer año; pero eso no se lo digo”. García se ríe de buena gana. “Luis ha demostrado que es un profesional a lo largo de su carrera y mis respetos para él”, comenta el “Almirante”. “Me dio mucho apoyo durante la liga y se lo agradezco, lo mismo a Eduardo Pérez”.

Pérez, el consejero

Eduardo Pérez hasta aparece en listas de posibles sustitutos de Bobby Cox, quien dirigirá a los Bravos hasta este año. “Yo prefiero no prestarle mucha atención y me concentro en mi trabajo”, opina Pérez, quien también aconseja a algunos de sus paisanos que juegan para la divisa de Georgia. “Siempre les comento a los muchachos que sigan perseverando, como se lo dije a Jean Boscán, que ya se está escuchando que en cualquier momento le dan la oportunidad”. Mientras tanto, disfruta de formar parte de un combinado que puede llevarlo a los playoffs. “Tenemos un gran pitcheo. Tim Hudson va a ser la estrella de nosotros, y también contamos con Derek Lowe, JJ (Jair Jurrjens), (Kenshin) Kawakami y con el novato Tommy Hanson. El bullpen lo reforzaron y tendremos un buen año”.

Busca algo más

Heberto Andrade no tuvo acceso a las Grandes Ligas por los caminos regulares, pero buscó otras rutas y llegó a ellas como catcher de bullpen. Son cada vez más los criollos que se conectan con la gran carpa por medios no regulares. “Estamos creciendo más en ese aspecto”, afirma Andrade, quien en Venezuela jugó con las Águilas del Zulia. “Llevo siete años trabajando con los Piratas en el bullpen, la idea mía es avanzar y quiero sacar el mayor provecho para cuando llegue el momento de ser coach o manager”.

Por: Carlos Valmore Rodríguez/Líder

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