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La historia de Manuel González, el árbitro pionero

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Manuel González ya recibió su número en las mayores.
Manuel González ya recibió su número en las mayores.

Manuel González ya recibió su número en las mayores.

Manuel González soñaba con ser Antonio Armas o Baudilio Díaz.  Tenía 12 años de edad cuando jugaba pelota en su natal Guacara, siguiendo por televisión los hits de Luis Sojo y las filigranas de Omar Vizquel. Pero un día, el presidente de la Liga Bolívar Martí, donde jugaba, tomó una decisión que cambió su vida. Agobiado por la falta de árbitros en ese circuito infantil, el directivo ordenó que los propios muchachos se rotaran como umpires.

Así comenzó la carrera de quien esta temporada se convertirá en el primer venezolano escogido para sentenciar outs y cantar bolas y strikes en las grandes ligas.

González recibió esta semana la notificación que más anhelaba desde que, a los 16 años de edad, decidió dedicarse al «ampayeo» profesional.

Chris Jones, uno de los supervisores de arbitraje de las mayores, se comunicó el miércoles con el carabobeño para informarle que habían decidido asignarle un número, requisito indispensable para trabajar en las ligas Nacional y Americana.

El nuevo dueño del uniforme 79 en el roster de umpires de la gran carpa sólo debe aguardar por el llamado. Como los prospectos que se alistan en triple A, será subido apenas uno de sus colegas sufra una lesión, enferme, requiera de un permiso o tome vacaciones.

«Estoy muy emocionado», relató González a ESPNdeportes.com, desde Arizona. «Ya es oficial. He esperado tanto tiempo por esto. Es una gran satisfacción. Estoy muy feliz».

Hace mucho que el niño de Guacara creció. Hoy mide casi 2 metros de estatura y pesa alrededor de 100 kilogramos. Es uno de los más respetados entre los hombres de azul de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, donde suma tres lustros de experiencia.

Hasta ha tenido que enfrentarse, por su estatus en el norte, a las mismas limitaciones que le imponen a los peloteros latinoamericanos.

«Esta última vez me pidieron que descansara, pero les dije que ya había adquirido un compromiso con la liga», explicó. «Me gusta mantenerme en acción en Venezuela, y me ayuda económicamente. Pero me dijeron que vaya pensando en tomar un par de temporadas de descanso».

González no tendrá que pensarlo mucho, si le imponen un receso durante el invierno boreal. Después de todo, menos de 100 árbitros tienen un número asignado para trabajar en las grandes ligas.

La lista de privilegiados se reduce aún más al restringir la búsqueda a los nacidos en América Latina. Con el retiro del boricua Delfín Colón, sólo el mexicano Alfonso Márquez y el cubano Ángel Hernández acompañan al venezolano en ese grupo.

Los estadounidenses Lázaro Díaz y Ángel Campos también tienen sangre latina. Pero aún incluyéndolos, la cifra apenas sube a cinco, luego de que otro veterano norteamericano, Ramón Armendáriz, también fuera pasado al retiro recientemente.

González, quien en los últimos años ha trabajado en la Liga Internacional triple A, está en su tercer spring training de grandes ligas.

En 2008 y 2009 fue invitado a tomar parte de algunos choques de la Liga de la Toronja, en Florida, pero este año ha estado a tiempo completo en la Liga del Cactus, en Arizona.

Su próxima asignación ocurrirá en el AT&T Park de San Francisco y en el Oakland Coliseum, pues formará parte de la cuarteta que arbitrará los cuatro juegos de exhibición que se disputarán en esos escenarios, del 1° al 4 de abril.

«Todavía no seré umpire en un juego oficial, pero estaré en un campo de grandes ligas», señaló. «No nos han dicho cómo será la rotación, así que aún no sé cuándo seré el chief umpire. Pero estoy confirmado».

Será una parada importante para quien alguna vez fuera una rareza en el beisbol profesional de su país.

González cuenta entre serio y divertido la anécdota que un día vivió con Pompeyo Davalillo, en su momento uno de los managers más combativos y ocurrentes del Caribe.

«Fue cuando empecé, en la temporada 1996-1997, en mi segundo o tercer juego», recordó. «Tuve una jugada en tercera base y (Davalillo) salió a protestar. Me dijo: ‘Quiero que me expulse el árbitro más joven de la liga. Y quiero que me expulses ya’. ¿Qué le podía decir? Yo tenía 16 años de edad».

González, en un momento de la discusión, trató de entender si era verdad lo que estaba sucediendo con el antiguo infielder de los Senadores de Washington.

«Le pregunté si era verdad que quería que lo botara y me lanzó la gorra», añadió. «Así que lo expulsé. Después, pasó por el cuarto de árbitros, a desearme suerte en mi carrera. Quedé loco».

Davalillo cumplirá 80 años de edad en junio de 2011. Ya no dirige, pero en su casa ahora seguramente disfrutará el doble con la memoria de aquella vivencia. Quien fuera el umpire más joven de Venezuela es ahora también el precursor.

A González le gusta la comparación con Alejandro «Patón» Carrasquel, el primero de sus compatriotas que jugó en las mayores, en 1939. Él también romperá una barrera.

«Todo comenzó como un sueño en las menores, con escasas expectativas y más preguntas que respuestas», dijo una vez.

Puede que en esos inicios ya no soñara con ser Baudilio Díaz. Y sin embargo, hoy le falta muy poco para agacharse por primera vez detrás del home, en un encuentro de grandes ligas.

Por: Ignacio Serrano/Espndeportes.com

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