Ernesto Mejía brilló la campaña pasada con las Águilas.
Ernesto Mejía militaba en Doble A y cuando estaba empezando a sentirse a gusto sobre el home, la organización de los Reales de Kansas City decidió remitirlo a las Piedras Azulejos de Wilmington (Clase A +). El inicialista como buen soldado, optó por acatar con pundonor el movimiento. “Curiosamente cuando me estaba yendo mejor me bajaron, porque así son las organizaciones y ellos se rigen por sus prospectos”, dijo el oriundo de Guanare vía telefónica desde Carolina del Norte.
“Seguramente pensaban que estando en Clase A Fuerte iba a agarrar más confianza, digo por la cantidad de ponches que tuve”, sostuvo quien abanicó los tres strikes 86 veces en 71 juegos en AA.
“Tenía 50 empujadas casi, pero el muchacho que tenía atrás (Clint Robinson) es uno de los más prometedores y yo no iba a jugar casi primera”.
Mejía, quien se sometió a una delicada operación en la rodilla hace un par de años, comentó que afortunadamente no ha tenido inconvenientes físicos. “Este año he estado saludable, no he tenido lesiones y le doy gracias a Dios por eso”.
“Este año fue de expectativas porque fue el primero que no usé el protector en la rodilla, me lo quité justamente un mes después que empezó la campaña, al principio me costó adaptarme y sentía un poco de miedo al correr y pararme en el home, pero ya eso está superado”. A la ofensiva, el designado y primera base argumentó estar en pos de mejorar cada día. “Nunca estoy conforme con lo que hago, siempre quiero más”.
El de Guanare no considera un fracaso el hecho de haber sido remitido a una instancia inferior. “No he tenido un mal año, lo que pasa es que no he tenido esa productividad tan grande en cuadrangulares, pero el beisbol es así, uno lo que tiene es que seguir trabajando y haciendo las pequeñas cosas”.
Por: Francisco Zambrano/Líder
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