Carlos González disfruta de su hogar en Denver. Foto: Wilmer Reina/La Verdad
Luego de cinco minutos de viaje desde el Coors Field hacia el conjunto residencial Glass House, ubicado en la Bassett Street, del centro de Denver, Carlos González le abrió a La Verdad las puertas de su departamento 1122 para dejar al lado por un momento lo beisbolístico y comentar cómo transcurre su vida, en la que es su primera campaña completa en las Grandes Ligas.
Sentado al lado de la ventana principal de su departamento, con vista perfecta hacia el parque de pelota de los Rockies de Colorado, González señaló que el ambiente de la ciudad es especial para cualquier deportista profesional.
“Es realmente especial vivir en esta ciudad porque todo el mundo es fanático de los deportes, y eso te hacen sentir como en tu propia casa. Aquí son locos por el deporte”, dijo González.
“Lo único que se me ha hecho difícil es este apartamento, pues en la mañana el sol me vuelve loco, soy una persona que le gustan los cuartos oscuros y me gusta dormir demasiado, pero para eso este apartamento no sirve”, haciéndole honor a su nombre, el Glass House (Casa de Cristal) está rodeado de cristales en toda su estructura.
Relatos
“CarGo” comentó que más allá de la tranquilidad de su hogar en Denver, siempre disfruta de las visitas de sus paisanos, para ponerse en onda con el ambiente venezolano.
“Me han visitado aquí Gerardo Parra, Juan Carlos Gutiérrez, Miguel Montero, Heberto Andrade y otros, esa es una de las cosas que más me agradan y disfruto, pues tratamos de montar algo al estilo de las reuniones de allá”.
Más allá de las comodidades del 1122, para González hay algo que es insustituible: “La cocina de mi mamá”, responde entre risas.
“Yo siempre extraño la comida de allá (de Maracaibo), los patacones, las empanadas, la comida grasosa, eso es lo que de verdad extraño. Me hace mucha falta el ‘toquesito’ de la comida de mi mamá”.
Por: Wilmer Reina/La Verdad
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