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Cabrera recuperó su swing

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Miguel Cabrera va retomando su ritmo ofensivo habitual.

No fue este abril ese primer mes de temporada encendido que Miguel Cabrera nos malacostumbró a verle desde su llega a Grandes Ligas, en el 2003.

El doble ganador el Jugador Más Valioso en la Liga Americana en las dos últimas temporadas tuvo un rendimiento discreto para él, al dejar promedio al bate de .277 –el segundo más bajo para un abril en sus 11 años en las mayores-, con solo dos jonrones –la cantidad más baja en su trayectoria- y 15 carreras remolcadas –su tercera menor cifra para ese período-.

Esos registros pueden ser engañosos. Y es que la ofensiva de Cabrera tuvo dos caras en el primer mes de la campaña, una, la inicial, en la que pese a darle bien a la bola esta no encontraba un espacio por el cual pasar o caer donde no hubiera un defensor rival, y otra en la que sus conexiones comenzaron a esquivar las alcabalas para convertirse en hits.

En su reciente visita a Chicago, donde los Tigres de Detroit disputaron una serie de dos encuentros ante los Medias Blancas, el venezolano conversó y nos dio su punto de vista del por qué de esa división que tuvo con su ofensiva en abril. Durante los primeros 16 encuentros del mes dejó promedio de .206, con cinco dobles, un jonrón –fue su hit 2.000 en Grandes Ligas- y siete carreras remolcadas, además de un porcentaje de embasado (OBP) de .275, con 33 de slugging y .609 de OPS; mientras que en los últimos siete juegos, en los que al menos conecto un hit en cada uno de ellos, su average fue de .419, con dos tubeyes, un cuadrangular, y ocho impulsadas, su OBP se ubicó en .419, su slugging en .581 y su OPS en 1.000.

“Creo que así es el béisbol. Al principio le estaba dando bien pero no estaba teniendo buenos resultados, que es lo que importa, porque la gente no se si uno conecta bien la bola, sino que lo que les interesa son los resultados, los resultados positivos y eso es lo que uno busca. Pero al final comenzaron a caer los batazos y he tenido ahora buenos resultados”, dijo Cabrera.

Mala suerte y un poco más
Pero más allá de esa mala suerte –sustentada en lo que reflejó su BABIP (promedio ofensivo de un bateador con las bolas puestas en juego), que fue de apenas .255 durante los primeros 16 juegos de abril, en comparación con el .444 de los últimos siete- hubo una razón física: su swing, su mecánica.

“Creo que lo he encontrado es más consistencia en el swing, he sido más consistente a la hora de ir al home y eso me ha ayudado también a tener más producción”, expresó el venezolano, quien durante su carrera ha acumulado en BABIP de .341 en el primer mes de campaña y de .346 en total.

La inconsistencia que señaló Cabrera con su swing tuvo un reflejo directo en la cantidad de ponches que acumuló en abril (18, de ellos 15 en los primeros 16 duelo). Eso lo hizo vulnerable con pitcheos ubicado afuera y en la esquina superior de la zona de strike, al igual que con envíos adentro y en esquina inferior de la zona de strike.

Esa situación lo hizo, además, a halar más la bola, a tener más conexiones hacia el lado izquierdo del terreno, por lo que en algunos encuentros los managers rivales se atrevieron a hacerle ese cambio defensivo especial que usualmente emplean ante bateadores zurdos que halan mucho sus batazos, como David Ortiz o Adam Dunn, y que consiste en ubicar a tres infielder en un mismo lado del infield, en caso del venezolano entre la almohadilla de la segunda y la tercera.

“Esa es una forma en la que muchos equipos están jugando ahorita, eso tiene que ver con lo que dice una computadora que puede pasar en el terreno de juego y en realidad uno no sabe lo que pueda pasar. Esa es su manera de jugar y uno no tiene nada que ver con eso”, dijo Cabrera, quien agregó: “Conmigo creo que lo hacen porque no he estado dando rolling a segunda y eso es lo que pasa”.

Hacer ese movimiento frente al venezolano, quien durante su carrera ha sido un bateador capaz de darle a la bola hacia todo el terreno, no deje de ser un movimiento que genera sorpresas e incluso temerario. Esto, porque como bien él dijo no está dando casi rollings por los lados de la segunda base, pero si tiene una buena cantidad de conexiones (líneas y flies) hacia la banda de la derecha. De hecho la mitad de sus dobles y cuadrangulares en esta campaña han sido hacia ese lado.

Lo dulce de abril
Cabrera no cree que esos cambias defensivos con él se vayan a ver mucho, especialmente tras cerrar el primer mes de la temporada ya en ritmo ofensivo, al registrar una cadena de siete encuentros con hit.

Esa racha, sin embargo, fue tan solo una de las cosas buenas que el venezolano encontró en abril, mes en el que además logró llegar y rebasar la barrera de los dos mil hits en Grandes Ligas, convirtiéndose tan solo en el séptimo venezolano en llegar a esa cifra y en el noveno, en la historia de Grandes Ligas, con menos de 31 años de edad que arriba a esa cantidad, siendo además el séptimo más joven en la historia.

“Ahí se ve la producción consistente que uno ha tenido durante tantos años. Siempre le doy las gracias a Dios por mantenerme en el terreno de juego, por darme la salud y ayudarme a hacer mi trabajo”, dijo Cabrera, quien el 4 de abril, en el Comérica Park de Detroit, frente a Ryan Webb, de los Orioles de Baltimore, conectó el cuadrangular con el que llegó a los dos mil hits.

Por: Billy Ruso/Líder

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