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Yuli Gurriel, de estrella en Cuba a pieza clave en Houston

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El cubano batea .382 en la postemporada. Foto: Getty Images

El cubano batea .382 en la postemporada. Foto: Getty Images

Yuli Gurriel se disfruta al máximo su papel con los Astros de Houston mientras intentan alcanzar la Serie Mundial.

De todas formas, hay una parte de su corazón que todavía añora el país que abandonó para probar suerte en las Grandes Ligas como un novato de más de 30 años. Cada vez que se pone la camiseta de los Astros, carga el peso de las cuatro letras que llevó en el pecho durante tanto tiempo.

«Sé que de una manera u otra los estoy representando a ellos, que represento a Cuba», dijo Gurriel a The Associated Press.

Gurriel firmó un contrato por cinco años y 47,5 millones de dólares con los Astros en julio de 2016, después de una carrera de 15 años en Cuba, donde era una de las máximas estrellas del deporte nacional y ayudó a la selección de la isla a ganar medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 2004 y los mundiales de 2003 y 2005.

Para los niños en muchos países beisboleros, su máximo sueño es jugar una Serie Mundial. Pero ese no era el caso de Gurriel cuando crecía.

«En Cuba, lo principal es representar al país», señaló. «Cada vez que viajábamos al extranjero, era para ganar el oro. La plata era inaceptable. Es así de exigente, y siempre fue algo tremendo para mí, desde los nueve años».

Gurriel estuvo bajo los reflectores desde una edad temprana porque su padre, Lourdes, también fue una estrella de la selección nacional de béisbol. Ayudó al equipo a conquistar el oro olímpico en 1992 y seis campeonatos mundiales entre 1980-94.

«Es como una sombra», dijo Yuli. «La gente allá saben que uno es su hijo, y esperan mucho más de uno. No te ven como un jugador aparte, sino como tu padre, y son muy exigentes. Era muy difícil al principio. Cuando jugaba en Cuba, la gente decía, ‘ese es el hijo de Gurriel’. Y al principio eso me hacía sentir incómodo».

Gurriel finalmente se convirtió en una estrella por mérito propio, y eso lo ayudó a salir de la sombra de su padre. Dijo que su progenitor nunca lo presionó para que se dedicara al béisbol, aunque sí le brindó consejos cuando decidió seguir esa carrera.

«Me dijo que si iba a dedicarme al béisbol, que me entregara por completo, que lo hiciera con amor. Que lo dejara todo en el terreno», recordó. «Siempre tengo eso muy presente, y es lo que siempre trato de hacer».

El orgullo y compromiso de Gurriel con Cuba evitó que se fuese antes de la isla, aunque desde hace una década era considerado como el mejor pelotero del país. Dijo que en varias ocasiones desde que tenía 17 años recibió ofertas para abandonar la isla durante viajes internacionales. A medida que salía más de la isla, era más difícil lidiar con lo que querían tentarlo.

Incluso en 2006 hubo reportes incorrectos de que había desertado en Colombia, y que estaba a punto de fichar con los Yanquis de Nueva York.

«Era muy difícil lidiar con esos rumores en Cuba en ese momento», dijo. «Siempre que tenido que bregar con estas cosas, con gente que se me acercaba para hablar sobre desertar, y ese es un tema muy delicado en Cuba».

Insistió que jamás pensó sobre irse, hasta que algunos factores empezaron a hacerlo cambiar de parecer. Primero fue cuando jugó en la liga japonesa en 2014, donde bateó .305 con 11 jonrones y 30 remolcadas en 62 partidos. Para entonces, empezaron a mejorar las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

También tenía en mente a su hermano menor Lourdes Jr., quien empezaba a exhibir un talento como para alcanzar las mayores.

El desempeño en Japón hizo que Gurriel se preguntara si podría realizar el salto a las Grandes Ligas, y como ya tenía más de 30 años, sabía que se le acababa el tiempo para hacerlo.

«Me dije, ‘bueno, voy a tener esta duda el resto de mi vida, si puedo jugar en Estados Unidos, si tengo (el talento) para lograr un (buen) resultado», relató. «Así que dije, ‘ahora sí. Tengo 31 años, y todavía tengo la oportunidad’. Así que fue una decisión difícil, pero vine».

Gurriel y su hermano abandonaron la isla en febrero de 2016, tras jugar en la Serie del Caribe en la República Dominicana. Después que Gurriel firmó con los Astros en julio de ese año, Lourdes Jr. firmó en noviembre un contrato por siete años y 22 millones de dólares con Toronto.

Gurriel debutó con los Astros el 21 de agosto de 2016, y bateó .262 en 32 partidos la campaña pasada. Ya que jugó tan pocos encuentros, el cubano mantuvo su condición de novato para esta temporada, a pesar de tener 33 años.

En 2017, bateó .299 con 18 cuadrangulares y 75 remolcadas, además de aportar su buen guante en la primera base.

En la postemporada, tiene 13 hits y promedio de .382, hasta el sexto partido de la serie de campeonato de la Liga Americana el viernes contra los Yanquis de Nueva York.

«No nos sorprende su capacidad para lidiar con el estrés y la ansiedad de estas situaciones», comentó el manager A.J. Hinch. «Ha jugado a nivel internacional, ha sido la máxima estrella deportiva de un país donde el béisbol es rey, así que esperábamos la personalidad que hemos visto este año, su exuberancia y su juego tan consistente».

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