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El más valioso: Los cuentos de Yohandry

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Saludos amigos, un gustazo poder compartir con ustedes opiniones relacionadas con el deporte. Es difícil enfocarse en otro tema que no sea Yohandry Orozco, por lo que detallaremos episodios de la vida del nuevo legionario criollo, así como algunos puntos relacionados con su fichaje con el Wolfsburgo de la Bundesliga.

LO QUE POCO SE CONOCE

Esta profesión me ha dado la oportunidad de compartir de cerca varios episodios de la vida de Yohandry Orozco, por otra parte también toparme en el camino con gente que lo conoce y sabe su historia. Que Orozco hoy esté a las puertas de firmar un contrato con un club de Europa es gran premio. Un premio a la constancia, al sobreponerse a los errores y a las adversidades.

Es común escuchar que Yohandry era muy bueno desde chiquito, pero no era mejor que su hermano Devanis cuando ambos jugaban fútbol de salón, como le recordó Julio Abreu a mi colega Ernesto Vera.

Julio fue de esos entrenadores que tuvo Yohandry y puede dar fe de este jugador que era capaz de marcar más de siete goles por juego en las pequeñas canchas, con la pequeña “pelotica”. Quizás el espacio reducido lo practicaba en la calle de su humilde casa en el barrio Cardonal Norte, por donde a duras penas pasaba un carro.

En esa casita, que parecía en algún momento caerse, comenzaron los sueños de Yohandry, quien junto con su padre y hermano no hacían otra cosa que pensar en fútbol. “Pateábamos lo que sea y siempre jugábamos juntos”, me confiesa Devanis.

Esa andar con la disciplina llevó a Yohandry a jugar, de manera paralela, fútbol de salón y fútbol de campo. A veces se iba de un estadio a otro. Incluso, defendiendo los colores regionales, una vez tuvo que dejar una selección a medio camino para cumplir con la otra.

Entre tanto juego y juego, Yohandry no pudo culminar sus estudios de bachillerato en el Beracasa, institución educativa de talentos deportivos.

ENTRE LESIONES Y ACCIDENTES

La carrera de Yohandry ha tenido varios episodios negativos. El primero de ellos fue cuando se fracturó un brazo después que un portero le hiciera una falta tras dejarlo regado. Era Sub 14. Lo peor no fue la fractura, sino que tuvieron que operarlo dos veces para ver de qué manera solventaban el daño. La razón: su alto grado de desnutrición lo tenía descalcificado y no podían ponerle los clavos. “Prácticamente le tuvieron que amarrar el codo”, me contó Alfredo Morales, hoy vicepresidente del Zulia FC.

Tres años después, en un accidente de tránsito, salió disparado por la ventana del carro en el que viajaba luego que le llegaran por detrás. “Estaba tendido en el asfalto con la rodilla totalmente destrozada, se le veía hasta el hueso, aunque por suerte no tenía fractura”, declaró Sadys, su papá.

Otro episodio feo lo vivió en Panamá. En ese momento en el que andaba en un limbo profesional, que lo mantuvo cerca de seis meses sin jugar. Allá estuvo entrenando y tras salir de una práctica se presentó un incidente, que incluyó disparos y todo. Una bala rozó a Yohandry. De eso sólo quedó el susto y el regreso inmediato a Venezuela, donde prácticamente todo comenzó de nuevo para él.

Al volver se unió a los entrenamientos del Zulia FC y cuando iba a una de las sesiones recibió una llamada que cambió todo, ojala y sea para siempre. Rumbo a La Tiendita (una lejana cancha donde a veces entrena el petrolero) Yohandry se bajó a medio camino para unirse a la práctica de la selección nacional Sub 20 que estaba en Maracaibo para un cuadrangular de preparación para el Sudamericano del 2009.

Ante la negativa de Honduras, sólo vinieron México y Colombia, y la vinotinto tuvo dos selecciones. En la “B” Yohandry tuvo la “10” en la espalda, fue de los mejores de su equipo, incluso marcando goles, y compartió con varios jugadores que estaban en las menores del Zulia FC, entre ellos José Miguel Reyes. De ahí se ganó la oportunidad de ir al torneo L’Alcudia, donde también anotó y como premio logró su cupo en la lista al Mundial de Egipto.

Todo esto sin contar la cantidad de golpes que ha recibido en los juegos. “Siempre me pegan. No hay un juego que no salga con algún golpe. Eso es lo malo de tenerla”, me dijo una vez que salió cojeando de un partido ante Táchira en noviembre pasado.

Yohandry también ha hecho cosas “irresponsables”, para su condición de jugador profesional. Sin embargo, “naturales” para su juventud e inmadurez. Una vez, hace menos de un año, lo llamé para invitarlo para un programa de televisión y tras varios intentos me contestó con voz agitada. ¿Qué te pasa?, le pregunté. “Es que estoy echando una ‘caimana’ con los panas del barrio”, me contestó con toda la confianza y la sinceridad del mundo. ¡Una “caimana” con los panas del barrio! ¿Qué tal?

Un jugador juvenil del Zulia FC, que participa en juegos interclubes, contaba, sin nada que esconder o temer, que se había metido en un juego de la categoría master y con mucho orgullo relató: “Les ganamos con dos goles de Yohandry, uno de ellos de chilena”. Sí, Yohandry se metió, el año pasado, a jugar con mayores e hizo chilenas y demás. Por cierto ese día estaba en Maracaibo César Farías y estuvo muy cerca de ir a ver ese juego, pero no le dio tiempo. ¿Se imaginan la cara del seleccionador nacional si hubiese visto a Yohandry ahí?

DEL CONTRATO Y SU IDA

Yohandry siempre estuvo claro que pronto iba a “saltar el charco”. Antes de ir a la concentración final con la selección le di la cola a su casa y cuando se despidió le dije: “A ver si la ‘partes’ allá para que te ganes un buen contrato y te compras un carro”. Y de inmediato me contestó: “Quizás ni vuelvo de allá”.

Hoy es así. No viene, por ahora. El carro lo va a tener, pero en Alemania donde también le darán una casa, que quizás quedará en una calle más ancha que la del barrio Cardonal Norte, donde creció.

Lamenta profundamente no estar ahorita con sus padres y demás familiares, así como con sus amigos y compañeros del Zulia FC. “Dale saludos a todos de mi parte”, me pidió hoy cuando conversamos por teléfono.

Sus orgullosos padres seguro irán pronto a visitarlo. El contrato estipula unos pasajes para ellos. Su hermano Devanis también “cuadró” hoy para seguir su carrera profesional con Estudiantes de Mérida. El resto poco importa. Yohandry cumple su sueño y todos (me incluyo) estamos felices por él.

Esto es lo que hay…

Por: Gilberto González

Twitter: @gilbertogv

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