Juan Cuadrado desnudó a la defensa venezolana.
En el presupuesto venezolano había espacio para una derrota. Quizás también alguno de los errores en la ejecución del sistema. Pero lo que no estaba en ninguna cuenta del combinado criollo era la contundencia con la que Colombia terminó llevándose un partido en el que Venezuela mostró un puñado de disparos de media distancia y poco más.
Desde bien temprano, los dirigidos por el “Bolillo” Gómez detectaron que el flanco izquierdo del combinado patrio era el más débil y por ahí lanzaron a un Juan Cuadrado que sin ser un virtuoso, complicó una y otra vez la espalda de José Luis Granados. Por ahí llegó el primer gol -en una pelota que perdió Guerra en la mitad- y el primer aviso: Como el muchacho del Udinese habrá miles en la eliminatoria. El compañero de Rafa Romo en Italia dejó atrás al lateral zurdo criollo y luego de galopar la banda fusiló al meta venezolano con un disparo al segundo palo para el 1-0.
El combinado criollo, que logró pisar el área en alguna jugada elaborada, se tuvo que conformar con disparos de media distancia, pues la fórmula trabajada del desborde y centro jamás llegó a concretarse. Ni Vargas ni mucho menos Guerra lograron encarar a los laterales y ganar espacio para cumplir con el guión y buscar a Rondón en el medio. Entonces César Farías apostó por rotar a sus piezas y tanto los extremos como los volantes comenzaron a cambiarse constantemente de banda.
Al tiempo que Renny Vega agradecía la mala puntería de Radamel Falcao, quien abanicó hasta dos pelotas servidas en el área por los costados. La fórmula que había trabajado Farías funcionaba, sí, pero en el arco propio.
Tímida reacción
Con el segundo tiempo llegaron las mejores oportunidades locales, amén de las sociedades por proximidad que forjaron los Arango, Guerra, Vargas y Chourio. De sus botas nacieron cuatro disparos que, pese a las buenas paradas de Ospina, alimentaron la esperanza de una reacción, una que se derrumbó gracias al enésimo contragolpe colombiano. Los ingredientes fueron un pelotazo que agarró mal parada a la zaga local, la pasividad de Granados para dejar recibir a Rodallega y el buen taco de Anchico que terminó en el disparo a puerta vacía de Dayro Moreno para el segundo.
Con sus líneas quebradas y con el voluntarioso Tomás Rincón tapando los múltiples huecos defensivos, Venezuela intentó maquillar la situación con un gol que pudo llegar en un posible penal no sentenciado sobre “Maestrico” González. Sin embargo, hubiera sido un injusto premio para un conjunto que tiene un largo camino por delante si quiere cumplir las metas trazadas.
Sin mostrar mucho y con menos de tres meses de trabajo con el actual cuerpo técnico, esta Colombia se fue de Puerto La Cruz coreados por el “ole” que llegaba desde las gradas. La distancia cronológica con el Mundial de Brasil aún son cuatro años pero para estar ahí, la distancia futbolística parece un poco más grande.
Arango tiene que volver
El capitán Juan Arango volverá a Alemania para atender a su esposa, quien tuvo que ser operada ayer de urgencia. Según el departamento de prensa de la FVF, el zurdo habría decidido mantener el tema en secreto para no afectar la concentración del equipo que se preparaba para el partido de ayer. El maracayero tomaría un avión de vuelta a Europa hoy junto a la familia de su esposa, por lo que no podrá estar en el encuentro ante Ecuador. De mantener el sistema de juego utilizado anoche, el valenciano Luisma Seijas sería su sustituto.
Por: Daniel Prat/Líder
