La vinotinto sufrió un doloroso revés en casa ante Uruguay.
La Vinotinto tuvo el balón, acechó más el arco contrario y nunca renunció a ir con todo al ataque, aun cuando quedó con diez hombres en los compases finales, pero eso no le bastó. Una acción individual de Edixon Cavani y un fallo en la marca se combinaron para que Venezuela perdiera el bonito y se complican sus opciones de clasificar a Brasil 2014.
Venezuela salió a tocarle a Uruguay, se adueñó del balón en los primeros minutos de juego y limitó el fútbol ofensivo de los charrúas a balones largos y centros por alto que no representaron mayor peligro para el arco de Dani Hernández. Por el contrario, fue el meta Fernando Muslera el que tuvo trabajo en esos compases de arranque, aunque sin verse obligado a ninguna intervención espectacular.
Los vinotinto arrastraron varias faltas y en la única en la que Juan Arango gozó de un perfil cómodo para pegarle al arco charrúa, Muslera dejó un rebote que fue despejado in extremis cuando ya asechaba un rematador. Salomón Rondón y Frank Feltscher, la dupla en ataque, también soltaron tiros al pórtico celeste, pero sin la suficiente potencia para ser amenazas serias.
Con su juego mucho más vertical que el de la Vinotinto, Uruguay consiguió el gol cerca de la media hora de partido, cuando la defensa se durmió a medias, esperando una sentencia de fuera de lugar que nunca llegó. Cavani, goleador del Nápoles italiano, recibió solito en el costado derecho, Gabriel Cichero llegó tarde a la marca, el delantero uruguayo, recortó y se lo quitó de encima, y después de acomodarse encontró un hueco por el que batir a Dani al palo de su mano derecha.
El 0-1 enmudeció a Cachamay por un buen rato y Venezuela vivió momentos de angustia cuando Gastón Ramírez le puso velocidad a la transición de balón y generó dos opciones claras de gol para la celeste. Para fortuna de los locales, los rematadores charrúas no estuvieron finos. Fue lo último de Uruguay por un buen rato, pues tras el descanso llegó una lluvia pasajera y un vendaval vinotinto.
Cada selección entró con su rol bien definido para el complemento: Venezuela se le fue encima a los uruguayos y ellos se dedicaron a defenderse como podían, pero con mucho orden y siempre apareció una pierna para despejar. César Farías, que nunca rechazó el contexto de final en que se jugaría este partido, hizo todas las variantes ofensivas posibles. Mandó a la cancha a Fernando Aristeguieta por un Feltscher de floja actuación, metió a Luis Manuel Seijas en lugar de Gabriel Cichero para ganar proyección por la banda izquierda, y a Richard Blanco por “Maestrico” González, buscando más presencia en el área rival y piernas frescas.
No se puede negar que el volumen ofensivo se consiguió y llovieron balones en el área celeste; sin embargo, no hubo ningún disparo de máximo peligro para Muslera, quien logró puñetear varias pelotas que buscaban el cabezazo de Rondón o Aristeguieta. Las más claras las tuvieron Blanco con un testarazo en que el balón se marchó por afuera y Roberto Rosales, quien, en la penúltima acción del compromiso, sacó un remate que tras desviarse salió a centímetros del arco celeste.
Un partido de muchos roces y en que Tomas Ríncón vio la roja, finalizó con un triunfo uruguayo que pone fin a la cadena de seis partidos consecutivos sin caer en eliminatoria que tenía Venezuela frente a los charrúas, revive las opciones de los dirigidos por Oscar Washington Tabárez y le complica mucho las cuentas a Venezuela, que, con un partido más disputado, ya no depende solo de si para clasificar al Mundial, las matemáticas le obligan a ligar otros resultados, aunque, el calendario todavía alimenta esperanzas.
Fue la primera victoria de la celeste lejos de casa en este Premundial (que además, tenían seis duelos sin ganar) y el segundo revés vinotinto en suelo patrio, de donde ya se han escapado hasta ocho puntos. Ahora, en septiembre, el Chile-Venezuela y el Perú-Uruguay toman un contexto aun más decisivo en la definición del cuarto y quinto lugar de la tabla.
Por: Juan Sifontes/Líder
Vía: Líder
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