Edwin Valero y su esposa se mantienen en un cuarto de su casa en Mérida.
El mejor boxeador venezolano de la actualidad en el ring, Edwin Valero, debería comenzar hoy su quinto día de rehabilitación sobre sus severos problemas con el alcohol y las drogas en La Habana, Cuba; sin embargo, se encuentra en su vivienda, ubicada en Mérida, encerrado en una habitación junto con su esposa Jennifer Carolina de Valero, sin una fecha oficial para que inicie la misma, como punto de apertura que lo lleve a retornar al ring que lo ha visto coronarse en las categorías superpluma y ligero, y que lo mantiene con un envidiable récord de 27 victorias y 27 nocauts.
Con la presente situación, el andino se encuentra en una encrucijada, pues sólo su propia voluntad y reconocer finalmente que debe recuperarse en un centro asistencial por la adicción que sufre es el único camino que tiene para hacer lo que más ama: el boxeo.
“En primer lugar, debe rehabilitarse. Tiene que ser recluido en un centro asistencial. Debe ser retirado de toda actividad deportiva y entregarse de lleno a la rehabilitación. Tendría que estar aislado en un centro, no al lado de su familia, ni de sus entrenadores”, sentenció Ángel Sánchez Meneses, galeno que ha trabajado en comisiones de boxeo y miembro del IND.
“Tiene que estar enfocado por completo en que debe superar de verdad sus problemas con el alcohol y las drogas. Eso se hace con un equipo multidisciplinario en un centro reconocido y que los médicos vigilen rigurosamente que cumpla el tratamiento, hasta que logren el 100% de su recuperación. Si Valero está pensando en entrenar para pelear inmediatamente eso no va a servir, corre el riesgo de volver a recaer. Este tipo de casos como el de Valero mínimo necesita un año para estar completamente restablecido”, siguió.
La aseveración del galeno echa por tierra el plan que quiere intentar el “Inca”, que se basa en entrenar y volver máximo en julio al ensogado, junto con su técnico Mario Morales, además de estar al lado sus dos hijos y esposa.
De concretarse la rehabilitación, desde el punto de vista médico, indica que debe ser un proceso largo y contundente para restablecer su salud y luego retornar al pugilismo.
No se hizo el test aquí
Las pruebas antidoping están reglamentadas en los organismos mundiales de boxeo y en las distintas comisiones del orbe. Sin embargo, la comisión nacional confesó que en diciembre no se le hizo prueba de droga a Valero, quien se enfrentó al manito Héctor Velázquez en La Guaira por la corona ligero del CMB. “Eso está establecido, pero no lo hicimos con lo que pasó ahora lo haremos. No tendremos excepciones en adelante cuando se hagan peleas de título mundial en Venezuela. Nos equivocamos”, señaló el mandamás Nicolás Hidalgo.
Círculo del “Inca” dice que sí le pegó a su esposa Jennifer
Los planes deportivos del boxeador venezolano Edwin Valero se ven trastocados en la actualidad porque su detención ante las autoridades policiales fue principalmente por las lesiones físicas que presentó su esposa, Jennifer Carolina de Valero, y que fueron conocidas en el HULA (Hospital Universitario de Los Andes), hace poco más de dos semanas.
Es cierto que Jennifer desmintió ante el Tribunal Sexto de Control, perteneciente a la Fiscalía 20 del Ministerio Público, la versión de haber sido agredida por su esposo. Sin embargo existe otra fuente que lo confirma.
“Edwin le pegó ese día a Jennifer. Él estaba muy tomado y bajo la influencia de las drogas. Jamás se había puesto así. Jennifer estaba muy mal por las lesiones que le produjo (entre ellas la perforación de un pulmón por la fractura de una costilla). Lo que pasa es que ella no lo denunció porque tiene temor. Ella prácticamente no habla, se mantiene encerrada en la habitación con él, y eso es un gran riesgo en el estado actual de Edwin, porque incluso los dos corren el riesgo hasta de matarse. Sus dos hijos no están en la casa porque estaban desasistidos, por eso los sacaron. Edwin se rehúsa a rehabilitarse y las autoridades tampoco toman carta en el asunto. Es una situación realmente preocupante”, aseguró una fuente cercana a Valero, que pidió no dar su nombre por tener temor a represalias.
“Son síntomas claros que los dos necesitan una ayuda por separado. Puede existir ansiedad, inseguridad, temores por los dos y se llega al consumo de alcohol y droga. Puede haber una dificultad, una necesidad y eso debe ser evaluado por un equipo multidisciplinario médico (psiquiatra, psicólogo, médico general) para hacer la ayuda especializada pertinente. Hay que revisar a cada uno por separado para saber la patología, pero no es conveniente que sigan en un cuarto aislados. Es peligroso”, afirmó la psicóloga Thereday Aranguren.
Por: Jhonny González/Líder
