La situación del Luis Aparicio es de película. Carlos González… honor a quien honor merece. José Mourinho el mayor crack del Real Madrid.
No puede ser
El lunes en la noche una fuente me confirmó que las luces del estadio Luis Aparicio estaban aún en Valencia. Luego, al programa Sillas Numeradas, nos llegó un mensaje de texto que decía que a los trabajadores de la contratista que se encarga del tema de las torres de iluminación no les habían pagado y por lo tanto estaban “parados”.
No puede ser que, a una semana de cantarse la voz de play en el Luis “¿El Grande?” de Maracaibo, aún no hayan instalado el sistema de iluminación. Aunque el trabajo fuerte se realizó (el tema del cableado, entre eso), poner “los bombillos” tarda aproximadamente entre cuatro y cinco días.
En el peor de los casos no estarán listas las luces del estadio y el día inaugural las Águilas tendrán que jugar más temprano.
Espero que puedan resolver a tiempo, pero entonces sale la pregunta. ¿Es necesario el sufrimiento de tener que esperar hasta última hora para que se cumplan las exigencias de la MLB para los parques del Caribe? No. Esta situación se sabía hace mucho… Que viva el centralismo carajo.
No entiendo como “gente del deporte” permite que esto suceda. Lo único que me queda por creer es que simplemente no tienen ni voz ni voto en lo que a las instalaciones deportivas se refiere.
¿Qué necesidad hay de tener que enviar a Caracas presupuestos para comprar la cal para marcar el terreno?, por decir algo. Pero es que así funciona el centralismo.
Es tanto lo que nos afecta (a deportistas, periodista, dirigentes y público en general) que el propio seleccionador César Farías le comentó a Gilberto González en una charla reciente que si la gente no exige que le devuelvan las instalaciones del estadio es muy difícil ver a la vinotinto en Maracaibo. (Esta charla seguro la tendrán en detalle en la columna El Más Valioso del viernes en esta misma página).
Señores, lamentablemente, el Polideportivo no pertenece a uno o a otro. No es un bunker político, no es una pista de carritos (ojo con esto), ni se utiliza a conveniencia. Si se ofenden me disculpan, pero la verdad no duele. Como decimos en Maracaibo, “yo tiro el traje, el que se lo ponga es de él”.0
No importa si no es el MVP o el Luis Aparicio
Primero que nada quiero enviar mi abrazo de felicitación a Carlos González por su gesta. Más que un título de bateo, se ganó el cariño de aquellos que aún dudaban de él (créanme que aun hay). Mostró humildad, carisma, crecimiento y sobre todo su calidad como persona y pelotero.
Ya en Maracaibo se ha formado la polémica sobre si debería o no recibir el premio Luis Aparicio.
Si me dan la boleta para votar, mi papeleta es para CarGo. Pero hay que ver los números de Miguel Cabrera, que tan bien fueron excelentes. El premio MVP de la Liga Nacional será complicado también para el zuliano porque su equipo, lamentablemente, no sobrevivió a la temporada regular. Pero pase lo que pase en el tema de los premios, estará en el Luis Aparicio el día de la Chinita. Si no recibe el Luis Aparicio, no importa. Será él quien va a recibir todos los aplausos, el cariño del público y quien prenderá la fiesta en el coso marabino.
Carlos González es, hoy por hoy, el consentido de los zulianos y eso se demostrará con aplausos, no con trofeos.
Mou: un fenómeno poco común
Ya me he declarado admirador del trabajo de José Mourinho en ocasiones anteriores. Hoy lo reafirmo. José Mourinho es un fenómeno que revoluciona la manera de ver al fútbol, por lo menos del lado de afuera del terreno. En la pasada fecha del fútbol español, antes del partido, “The Special One” no permitió a los jugadores hablar con la prensa, entrenó a puerta cerrada y se dio el lujo de ganar hasta con seis goles.
Hoy sorprendió con una carta enviada a los integrantes de la selección de Portugal. Motivando a cada uno de sus integrantes, y entre líneas, dándole a entender al fanático que tienen que apoyar. Un gesto que, por lo menos, no se ha hecho público en anteriores ocasiones.
Sé que hay muchos que no comulgan con la manera de trabajar de “Mou”. Pero no hay dudas que es diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Por: Luis Párraga Sánchez
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