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Séptimo juego: Los Yankees siempre ganan

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El regreso de Johan Santana al quirófano esta temporada me hizo recordar algo: De alguna manera u otra, los Yankees siempre ganan. ¿Y cómo es eso? Se preguntarán. Y la respuesta es sencilla, los del Bronx estuvieron detrás de Santana mucho tiempo, se cansaron de cortejar a la gerencia de los Mellizos de Minnesota, que esquivó miles de ofertas, pero la paciencia de los del Bronx se acabó en 2008. Al final el tovareño se fue a los Mets, sus rivales de ciudad.

Tras pasar el “guayabo” por Santana, decidieron parar los ofrecimientos y centrarse en esperar un año más, hasta 2009, cuando se convirtiera en agente libre el también zurdo C.C Sabathia.

A ver, claro está que lo de Santana y las lesiones escapa de sus manos, nadie puede predecir eso, y que de seguro con una ofensiva como la de los Yankees ganaba más juegos, pero hoy los dirigidos por Joe Girardi pueden decir que cuentan con el aspirante número uno para el premio Cy Young de la Liga Americana (en 2009 quedó cuarto en la votación), y un brazo sano que cada vez ganas más simpatizantes en la Gran Manzana.

¿La realidad es dura? Si, y bastante, pero es la realidad. En dos años con los Yankees, Sabathia tiene apenas dos victorias menos (38) que Santana en tres con los Mets. Ojo, y C.C sigue en juego esta temporada, el venezolano está out.

El directivo de los Yankees que asegure que dejaron de “perseguir” a Santana porque las lesiones iban a afectar su rendimiento en un futuro es un mentiroso total. Pero, seguro Brian Cashman, el gerente general, está contento por la decisión de esperar por Sabathia, aunque éste quería sí o sí a Johan Santana.

En eso consiste también el trabajo de los gerentes, los que conforman los equipos. Tienen que tener olfato, adelantarse a las cosas. Algunos son muy buenos en eso, otros no tanto.

Soy de los que defiendo que las actuaciones se miden con los números, ellos no mienten, y allí están puestos sobre la mesa, los Yankees volvieron a ganar, de una u otra manera, pero lo hicieron, y de qué manera en esta oportunidad.

Que me ganaré “enemigos” por “comparar” a uno de los nuestros con C.C Sabathia, es muy probable, pero el tiempo se encarga de demostrar las cosas, bien sean buenas o malas.

No dudo de la calidad de Santana, para nada, incluso pienso que en el tope de sus condiciones es el mejor, pero la realidad es otra y hay que aceptarla. ¿Qué toca? Esperar porque se recupere de la delicada cirugía que sufrió su hombro izquierdo y que en 2011, si es que lanza con los Mets, nos deleite de nuevo con su majestuoso cambio de velocidad.

PANDOVAL YA NO ES TAN QUERIDO

El audio ambiente de los juegos de Grandes Ligas, que se escucha perfectamente por los televisores, reveló algo bastante duro, hasta odioso, el miércoles por la noche en el juego entre los Dodgers de Los Ángeles y los Gigantes de San Francisco.

Los asistentes al  AT&T Park abuchearon sin piedad al venezolano Pablo Sandoval. ¿La razón? En la baja de la primera entrada, “Pandoval” se ponchó, y feo, con tres en base. El de Puerto Cabello se vio indefenso ante los envíos del abridor Chad Billingsley.

El swing de Sandoval se nota como “amarrado”, como si no estuviera estirando por completo sus brazos. De paso, la cara de impotencia que tiene el criollo da mucho que pensar.

Hace ya varios días me comentó una fuente, bastante cercana al jugador, que el problema del tercera base radica en la vista, muy a pesar de la operación a la que fue sometido ya hace unos meses. “No quedó viendo bien”, me aseguró el informante.

Con la actitud que mostraba Sandoval en el terreno el año pasado, era difícil pensar que la presión le pegaría esta temporada, y por eso averigüé sobre el caso, y apenas conseguí que la raíz pudiera estar en un problema personal. No tuve muchos detalles, casi nada, ya que la fuente no fue tan generosa en esta oportunidad.

Está claro que de Pablo se esperaban más de 60 carreras remolcadas (son las que tiene hasta la fecha), pero fíjense lo que es capaz de hacer un “caballo”.

Con problemas de vista, personales, y aún así tiene esa cantidad de compañeros llevados al plato, además de 12 jonrones, 32 dobletes y 139 hits. Conozco de muchos peloteros regulares en Grandes Ligas que sueñan con esos números.

San Francisco está muy cerca de la postemporada, y esto es un buen momento para que “Pandoval” se enfoque, se gane de nuevo el cariño del público que tanto lo apoyó en 2009, que incluso creo la “pandovalmanía”.

El talento lo tiene, que nadie dude de eso, pero como lo dije unas cuantas líneas arriba, los números te premian ante los ojos de los fanáticos.

Pablo ha dicho que no piensa jugar en Venezuela y eso podría, en este momento, ser un error. El carabobeño debe encontrarse con sus raíces, venir a corregir varias “cositas” en este béisbol, en el que tiene un puesto seguro con sus queridos Navegantes del Magallanes.

Por: David Alejandro Chacón

Twitter: @chacondavid

Correo: [email protected]

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