Héctor Romero y Luis Bethelmy son las figuras criollas de los finalistas.
Vuelve el suspenso. Cambia el escenario, aunque los rivales son los mismos. El desenlace se acerca, pero una cosa que es segura: el tercero de la final puede sellar el destino del duelo entre Cocodrilos de Caracas y Marinos de Anzoátegui. Saurios y navales se miden hoy en el Luis Ramos, en Puerto La Cruz, un choque al que llegan en situaciones opuestas. Cocodrilos intentará dar la estocada: poner la serie 3-0 a su favor le dejaría a las puertas del título, pero Marinos no se quitará tan fácil y menos jugando ante su público.
En lo que va de serie, Cocodrilos promedia 105 puntos por juego y se mostró arrollador. A eso hay que agregarle 10 triunfos al hilo en postemporada -está invicto- y 23 victorias en sus últimos 25 juegos. Como visitante, su récord es de 22-18.
«Logramos nuestra meta de ir a Puerto La Cruz con dos ganados y, aunque sé que jugar fuera de casa no es fácil, vamos enfocados. No somos triunfalistas. Ellos harán ajustes y tienen un gran plantel, pero estamos preparados», acotó el entrenador Néstor Salazar.
«Este tercer partido es el juego del campeonato, demasiado importante. Te abre el camino de lo que será», añadió.
El conjunto capitalino tiene en su reserva al base-escolta panameño Danilo Pinnock, un gran anotador y probado en esta liga, pues vino como refuerzo de Marinos en 2008.
El uruguayo Leandro Garciamorales no viajó ayer con el grupo. Se quedó en Caracas para continuar con su rehabilitación del tobillo bajo la supervisión del médico Juan Letizia.
Ambos tomarán el vuelo hoy a Puerto La Cruz. La situación del escolta es de día a día, pero no es de extrañar que juegue, tomando en cuenta su entrega.
El Acorazado, por su parte, cuenta con el potencial para el repunte, pero, como lo decía su coach Sergio Rouco, necesita más compromiso de sus hombres. «Tienen que jugar con la intensidad con la que lo hicieron en la segunda mitad del último partido. Es cuestión de actitud en la defensa», agregó.
Rouco se fue de la capital pensando que no haría cambios en su quinteto abridor, pero fuentes vinculadas al club aseguran que piensa colocar a Héctor Romero desde el inicio.
El Más Valioso de la final de 2009 fue el mejor en el primer partido de Marinos (21 puntos), ejerciendo labores de suplente.
José Rubicco Huertas/El Universal
El vigente campeón, Marinos de Anzoátegui, luego de no dejar una buena impresión en la capital y caer en desventaja de 0-2, retorna a su casa con la obligación de mantenerse vivo ante Cocodrilos de Caracas en la serie final.
El de esta noche puede catalogarse como el partido de la temporada para los navales. Pues, de perder, caerían en un hoyo 0-3 y ningún equipo en la historia de la liga se ha repuesto de tal desventaja.
De hecho, la mayor remontada en una final la tiene precisamente Cocodrilos, que en 1992 ante Trotamundos de Carabobo perdió los dos primeros en su patio y luego dominó los siguientes cuatro, incluidos los tres en la ruta.
Para que el Acorazado reaccione primero es necesario que el grupo recupere la intensidad y las ganas que mostraron en la segunda mitad en el juego número dos, aparte de los ajustes tácticos.
“Los jugadores tienen que tener compromiso. Estar motivados. Regresar a casa no garantiza nada si no recuperamos nuestro juego, nuestra defensa”, explicó el entrenador de los anzoateguienses, el cubano Sergio Rouco.
En la consecución del cetro en 2009, para Marinos fue muy importante el haber sacado un juego de Caracas en los primeros dos, porque le pusieron presión a Cocodrilos en los duelos de Puerto La Cruz. Ahora el apremio lo tienen ellos.
“No podemos perder la calma ni caer en pánico. Tenemos el ánimo para hacer las cosas bien en casa”, dijo el capitán Axiers Sucre.
Cocodrilos hizo el trabajo en su feudo y llegó a Puerto La Cruz con tranquilidad; sin embargo, el estratega Néstor Salazar aseguró que para nada habrá relajamiento.
“El tercer partido es el más importante y pueden tener la seguridad de que vamos a salir duros por victorias. No será sencillo, pero este año hemos estado muy bien en la carretera. Estamos preparados”.
Por: Reiner Izturriaga/Líder
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