Dustin Valdez se consolidó en el Zulia FC antes de salir al exterior.
Después de Mássimo Margiotta, Juan Fuenmayor y Grenddy Perozo, Dustin Valdez pasa a la incipiente lista de futbolistas marabinos que han visto acción en el exterior. El ex central del Zulia FC fichó con el KAC Kenitra, de la primera división marroquí, junto con el volante merideño Ányelo Rodríguez. Valdez, de 29 años y también ex jugador del Unión Atlético Maracaibo, conversó, vía telefónica, con Panorama, acerca de esta experiencia, lo que representa para él y para la historia del fútbol zuliano.
—¿Cuál fue su primera impresión al llegar a Kenitra?
—Venía con muchas expectativas, cosas que se dicen de los países árabes. Acá el fútbol es una empresa, un espectáculo. Para nosotros los venezolanos, es un trampolín muy fuerte, lo veo así, al igual que mi compañero Ányelo Rodríguez. Nos han tratado muy bien.
—¿Cómo se ha adaptado a la cultura y al lenguaje?
—El jugador y el equipo son muy nobles. Nos ayudan muchos. Con el lenguaje, varios entienden el español, por la ascendencia de España en el país, además que el técnico es argentino. El trato ha sido muy bueno, el clima es agradable, menor que el de Maracaibo. Estoy en Kenitra, la ciudad donde está el equipo. Es un equipo de tradición.
—¿A cuál ciudad de Venezuela se le asemeja Kenitra?
—Es una ciudad parecida a Barquisimeto. No es tan grande como Maracaibo, tampoco. Es muy movida, una ciudad muy comercial. La gente es alegre y agradable. No me conseguí a toda esa gente con turbantes y telas encima. Es muy diferente a las expectativas que traíamos. La comida también es muy buena, muy sana.
—¿Cómo es la sociedad marroquí?
—El marroquí es muy tranquilo, relajado, viste como nosotros. Lo que sí hay en este país es la diferencia social, los hay muy pobres, los hay muy ricos. Como ves un Volvo o un Mercedes Benz en la calle, ves también gente que es muy pobre.
—¿Y el estilo del fútbol?
—El fútbol marroquí es muy técnico y rápido. Los jugadores son bastante técnicos, las canchas son de primer nivel. La cancha de acá es de grama artificial. Eso nos costó los primeros días: además, la pelota es diferente, es más liviana. Es Puma, y rueda mucho en la cancha. Tuvimos que adaptarnos a la pegada, a la rapidez de la pelota. Aquí se ve más al jugador-espectáculo, a diferencia del suramericano, que va más por el contacto, por el roce.
—¿Cómo ha llevado el tiempo que lleva en el país?
—La adaptación fue de un día para el otro: llegamos el sábado pasado y el lunes fue el primer entrenamiento. A los dos días fuimos a otra ciudad, a Lejoun, a un torneo. Ganamos dos partidos, con el equipo local y con Mauritania. Ganamos a Lejoun y después empatamos con los negritos de Mauritania, pero al final les ganamos en penales. Estamos con muchas expectativas para que comience el campeonato, con trabajo de pelota, para soltar cargas.
—¿Cómo plantea su técnico, el argentino Fullone, el equipo?
—El profe juega 4-5-1, con un solo punta y dos carrileros, un pívot, que es Ányelo Rodríguez. Juega con un equipo bastante corto. Trabaja mucho el juego táctico. Recuperamos la pelota por agrupación, mas no por agresividad. Es un fútbol rápido y técnico, pero a la vez muy táctico. Parece fútbol colombiano, donde se maneja mucho la paciencia para tener la pelota. No es como el venezolano, que vas, vas y vas, hasta que consigues la pelota.
—¿Y su demarcación sigue siendo como en el Zulia FC?
—He jugado de central por la izquierda y la derecha. El profe me ha hablado para utilizarme en otra posición, no tengo ningún problema. En Venezuela jugué como lateral derecho, estoy dispuesto a estar en otra posición.
—Margiotta, Fuenmayor, Perozo y ahora usted. ¿Qué representa para un zuliano el jugar en el exterior?
—Es un paso bastante importante. Mi labor es abrir la puerta para que otros venezolanos, no sólo zulianos, empiecen a salir del país y nos demos cuenta de la calidad de otras ligas. Sólo hay que hacer un sacrificio, porque cambias de cultura de un día para otro. Mi expectativa es usar esto como un trampolín, para ir algún día a Europa. Espero dar un paso más importante en el futuro.
Por: Humberto Perozo/Panorama
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