El venezolano Edwin Valero extendió su invicto a 27 peleas.
La noche del sábado México dejó un grato sabor para el boxeo venezolano. La Arena Monterrey fue invitada especial para que Edwin Valero le dijera al deporte del cuadrilátero que sabe boxear y que se ajusta al tamaño del compromiso.
Es que, como el mismo lo reconoció, fueron dos los Valero vistos en sus dos últimas apariciones en un ring. Fue uno ante la cuestionada pega contra Héctor Velázquez en La Guaira en diciembre pasado y otro, frente a Antonio DeMarco hace dos días. Una pelea que definió como la mejor de lo que va en su carrera profesional.
“Realmente fue una noche especial. Fue un combate en el que mostré técnica, hice pasos laterales, conecté en donde tenía que hacerlo. No lancé casi golpes de más. El jab funcionó. Fui constante lanzando ráfagas de golpes con buenos rectos y algunos ganchos. Sentí que estaba haciendo mi pelea. Tuve el ritmo y estaba entero luego de nueve rounds”, aseguró el criollo en el Hotel Camino Real, tras su segunda defensa con éxito en la división ligero, al noquear técnicamente a DeMarco.
“Comprobé que puedo pelear y hacer boxeo hasta los doce asaltos. La preparación física y el trabajo de técnica con Jairo Álvarez y Mario Morales fue determinante. Hice una pelea limpia. Ha sido la mejor pelea de mi carrera”.
“Desde que salí estaba concentrado, me decía internamente ‘debo ser inteligente’. De ahí salió la cautela y la precisión. Tuve calma a la hora de atacar. Demostré que estoy preparado para las grandes peleas”, remató el venezolano que dejó su récord inmaculado en 27 peleas, todas por nocaut.
Advertencia valió la pena
Valero actuó oportunamente al recibir un codazo de Antonio DeMarco que le causó una herida profunda en la frente del lado derecho en el segundo asalto. El andino viendo el inmediato derramamiento de sangre le avisó al árbitro principal, el estadounidense Laurence Cole, de lo que ocurrió. “Ese codazo me recordó el cabezazo que me dio Velázquez, pero esta vez mantuve la calma. Vi los frutos porque noté que la mirada de DeMarco bajo en confianza, no creyó que podía derrotarme”.
Vía: Líder en deportes
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