Ruben Nembhard tuvo una jornada histórica. Foto: Luis Rangel
Ruben Nembhard le puso la campana al toro, el pasado lunes, al convertirse en el séptimo jugador en la historia de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) en saltar la barda de los 11 mil puntos. El máximo anotador en la historia de Gaiteros del Zulia, se unió a Sam Shepherd, Víctor David Díaz, Iván Olivares, David Díaz, Gabriel Estaba y Armando Becker, como miembro del selecto grupo de jugadores que rompieron la marca , siendo el único en hacerlo con la misma organización.
El piloto, oriundo de Nueva York, conversó con Panorama, minutos después de completar la hazaña y aseguró que sus retos profesionales no se detienen.
—Previo al encuentro, a ocho puntos de romper la marca, ¿cómo se sentía?
—Definitivamente fue una sorpresa, porque me enteré un día antes que estaba a ocho puntos de la marca. Básicamente, no pude dormir esa noche. Mi familia me estaba llamando muy emocionada.
—¿Se sintió presionado?
—No, no me sentí presionado, porque sabía que era algo que sería un gran logro. Aunque viéndolo bien, sentí algo de presión, porque me iba a convertir en uno de los mejores anotadores en la LPB. Fue una gran emoción.
—Le tomó tres cuartos para anotar los ocho puntos para lograr la cifra.
—Yo realmente no estaba tratando de hacer mucho, ya que eso era personal. Tú no quieres poner eso en el camino del equipo para una satisfacción propia. Todo se trata de ganar el campeonato, de trabajo en equipo.
Es grandioso, me siento muy contento, pero yo no quería ser un Superman al anotar los ocho puntos, yo estaba más concentrado en vencer a Trotamundos. Simplemente, dejé que todo tomara su rumbo.
—Al cumplir la marca, la mesa técnica detuvo el juego para entregar el reconocimiento y usted no se dio cuenta.
—Es que así soy yo. Me meto mucho en el juego, sin estar pendiente de lo demás. Cuando estoy en la cancha, estoy en otro mundo. Estaba concentrado y al anotar esos dos puntos, estaba buscando defender, pero pararon el juego y me dije: Ok, salgamos de esto rápido porque hay que jugar. Soy una persona muy tímida cuando se dan ese tipo de situaciones. Yo sólo sé jugar basquetbol.
—La primera persona que lo felicitó fue el técnico Jorge Arrieta, ¿qué palabras le dijo él?
—(Risas)… Ojalá pudiera decirlo. Jorge me dijo que estaba muy orgulloso. Fue algo muy sentimental. Significó mucho, porque nosotros tuvimos fuertes diferencias en el pasado. Pero, eso quedó atrás. Somos buenos amigos.
—¿Qué le expresó su familia después del juego?
—Mi hermano Charles destapó una champaña y celebró junto con mi madre Tina y mi hermana Donna en Nueva York. Mi esposa y mis dos hijos me llamaron desde Texas. Era inevitable que no llorara y lo mejor de todo es que pudieron ver el juego, pero por internet.
—A sus 38 años y con 10 zafras en Gaiteros, ¿siente usted que el tiempo ya le toca las puertas?
—Es cierto, pero me siento muy bien, esta ha sido uno de mis mejores… Cuando estoy de vacaciones, me entreno, pero trato de no jugar mucho para que mi cuerpo descanse. Yo regresé este año y quiero demostrarle a la gente que lo que más quiero es ganar el campeonato.
—Luego de esta meta, ¿piensa usted en algún reconocimiento de mayor envergadura por parte del club?
—La gente tiene sus opiniones. Los críticos serán críticos. Quizás eso es algo que la nueva gerencia debería tomar en cuenta en algún futuro. Reconocer a esos jugadores históricos que pasaron por Gaiteros, no sólo yo.
—¿Cuál será su próximo reto?
—Hay varios de hecho. Quiero mantenerme saludable. Continuar en la cancha. Ser un líder para los jóvenes del equipo. Mantener la hermandad en el club. Simplemente, darnos la mano. Ya pienso como un técnico.
—Ya que es así, ¿le gustaría dirigir en un futuro?
—Definitivamente, estoy dirigiendo a mi hijo allá en la liga infantil en Texas. Ruben Jr. es uno de los mejores anotadores del torneo. Este fue mi primer año para la categoría Sub-12. Me gustaría trabajar aquí en Venezuela, con Gaiteros. Me gusta enseñar. Espero que no sea pronto, porque todavía tengo mucho que dar.
Por: Mauricio Hernández/Panorama
