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Alemania aplastó y humilló a Argentina

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Miroslav Klose anotó dos y quedó a uno de Ronaldo. Messi se fue sin goles.

Miroslav Klose anotó dos y quedó a uno de Ronaldo. Messi se fue sin goles.

Por obra de Alemania, la Argentina de Diego Maradona y Lionel Messi quedó sumergida en un fascinante caos: eliminada y por goleada. Alemania la vapuleó sin piedad 4-0 en los cuartos de final de la Copa del Mundo, con Maradona en el banco y Messi en la cancha. Thomas Mueller abrió el marcador a los tres minutos, Miroslav Klose aumentó a los 68, Arne Friedrich metió el tercero a los 74 y Klose le puso candado al partido a los 89.

Klose, quien jugó su 100mo partido con la selección, llegó así a los 14 goles en copas mundiales y quedó a uno de empatar el récord de Ronaldo, quien encabeza la tabla histórica con 15.

Klose quedó igualado en el segundo lugar de la tabla con Gerd Muller, el máximo goleador de Alemania en copas mundiales.

El alemán desperdició otra ocasión dorada al tirar alto desde corta distancia en el primer tiempo.

Argentina falló en su primer objetivo que era garantizar la posesión de la pelota y Lionel Messi no fue capaz de torcer él solo la historia.

La Pulga del Barcelona desaprovechó un gran escenario para lucirse como el mejor jugador del mundo, aunque en su descargo vale aclarar que lo dejaron solo.

Mesut Oezil, en cambio, es poco conocido fuera de sus fronteras y se presentó a lo grande en el fútbol de alto nivel. A Oezil ya lo van a conocer.

Cuando el partido recién asomaba, Alemania se puso en ventaja con un cabezazo de Mueller, quien se anticipó a la marca de Nicolás Otamendi y Martín Demichelis, muy flojos de reflejos.

Sin poder digerir ese mazazo, los argentinos soportaron a partir de entonces una avalancha de ataques y replicaron con balas de fogueo.

«Sabíamos que nos iban a complicar con pelota parada y que después de contraataque nos iban a agarrar», comentó el argentino Carlos Tevez.

Messi, Tevez y Gonzalo Higuaín fueron socios en el desconcierto, mientras Javier Mascherano se debatía solo en el medio, un sector de la cancha que era monopolio de Alemania, con la sagacidad de Oezil y el empeño de Schweinsteiger.

A cada ataque alemán, los argentinos quedaban como poste, como ocurrió cuando Klose pasó como rayo y apenas la tocó larga para Lukas Podolski, quien entraba al área argentina sin pedir permiso.

Una muestra del desconcierto argentino se dio cuando Maradona cambió de posición a los volantes: Maxi Rodríguez pasó a la izquierda y Di María a la derecha, donde nunca logró acomodar su perfil de zurdo. Todo siguió igual.

Y tan desconcertado como el equipo estaban los millares de argentinos en el estadio Green Point, que apelaron a un peculiar canto para alentar:

«Vamos, Argentina, ponga hue…(fuerza) que ganamos». Ya que no se le podía pedir buen fútbol, a los jugadores se les pedía supremo esfuerzo.

El segundo gol se insinuaba, pero no llegaba.

Así ocurrió antes de la media hora cuando el imparable Muller se metió por la derecha y se la puso para el gol a Klose, quien desde el punto penal la mandó a las nubes. Nadie podía creer lo que se perdió Klose. Ni él tampoco.

De a poco, Argentina empezaba a salir de su desconcierto y estuvo a tiro del empate con un zurdazo de Higuaín que atrapó Manuel Neur.

Pero cada contragolpe alemán era un suplicio para Argentina, que en el descuento tuvo otra a su favor cuando Messi recibió un rebote y tras amagar un pase disparó por sobre el travesaño.

Quizás tocada por las arengas emotivas de Maradona, Argentina salió en el complemento con otra actitud y de entrada un remate de Di María superó la estirada de Neur y acarició un palo.

Aunque sufrió por algunos contragolpes, Argentina se plantó entonces en campo alemán, Messi jugó más adelantado y se encontró más y mejor con sus aliados Tevez e Higuaín.

Un remate de Tevez que pegó en Mertesacker cuando tenía destino de gol y otro de Higuaín que atajó el arquero, fueron claros avisos que Argentina podía revertir su destino.

Primero Klose solo y sin arquero tras pase de Podolski y luego Friedrich tras una sensacional apilada de Schweinsteiger dentro del área, liquidaron a los argentinos.

Entre gol y gol, Maradona sacó a un defensor, Otamendi, para poner al volante ofensivo Javier Pastore.

Y de nada le sirvió porque Klose metió el cuarto para dejar a su equipo en las semifinales, cuyo otro rival saldrá del duelo de más tarde entre España y Paraguay.

Por: AP

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