Grenddy Perozo con sus actuaciones con la vinotinto se ganó la ida al exterior.
Luego de Mássimo Margiotta (Pescara de Italia, 1994) y Juan Fuenmayor (Valerenga de Noruega, 2009), Grenddy Perozo se convertirá en el tercer hijo de Maracaibo en mudarse a un equipo del exterior, al unirse, para esta temporada, al colombiano Boyacá Chicó. El torneo Finalización 2010 comenzará hoy, y el marabino debutará ante el Cortuluá.
Perozo, ex defensor del Deportivo Anzoátegui conversó con Panorama vía telefónica desde Tunja, sede del equipo ajedrezado. “Vengo con nueva expectativas para poder jugar. Estoy comprometido con este reto. Voy a ganarme la titularidad”, afirmó “El Káiser de Los Haticos”, que estará con el cuadro campeón del torneo 2008-I por tres años.
—¿Cómo ve a su nuevo club?
—Es un equipo que no es uno de los grandes, pero en su corta trayectoria en primera ha salido campeón del fútbol colombiano, peleando los cupos para entrar a los cuadrangulares. Me ha recibido bastante bien. Los colombianos y los venezolanos somos muy parecidos. La adaptación ha sido bastante buena. El técnico, Alberto Gamero, jugó en Colombia, tiene muchos años dirigiendo a este equipo. Hasta ahora me ha tratado bien.
—¿Qué le ha dicho Gamero?
—Me ha hecho entender cómo le gusta que juegue su equipo. Es un grupo que viene jugando desde hace varios años junto, la base se ha mantenido. Me ha hecho saber qué es lo que quiere, cuál será mi aporte. He hecho toda la pretemporada a full para estar a punto para el comienzo del torneo.
—¿Cómo lo piensa utilizar, como central o en otro puesto?
—De central, igual aquí se manejan los dos esquemas. De visitante suele jugar con tres atrás, y de local con cuatro. Hay que estar preparado para cualquier sistema.
—¿Cuál es la principal particularidad del balompié colombiano?
—La potencia que tienen sus delanteros, son muy veloces. Hay que estar bien preparado para los mano a mano, porque este tipo de jugadores siempre los tiene cerca, y si los dejas que exploten, te hacen ver mal como defensa.
—¿Cómo es Tunja?
—Es una ciudad pequeña. Este equipo era de Bogotá y se mudaron hace dos, tres años a Tunja, una ciudad pequeña, un poco parecida a Mérida, con bastante frío, a 2.800 metros de altura. Me tuve que adaptar rápido a la altura, pero pega bastante el ahogo. Gracias a Dios, en las eliminatorias, pude jugar en La Paz, y allí tuvimos una preparación buena, en la que me adapté bien a la altura.
—Juan Fuenmayor asumirá el puesto que usted dejó en el Anzoátegui. ¿Cuál es su mensaje para “Cabeza”?
—Va a un equipo que le gusta pelear siempre arriba, con un excelente cuerpo técnico y jugadores. Estará en un buen club.
Por: Humberto Perozo/Panorama
Comments