Italia dejó la fiesta para el final. Fiel a su costumbre, el conjunto azul de la capital esperó hasta el tiempo agregado para celebrar. Y, después de todo, goleó 4-1 a Yaracuyanos en su hogar.
Al cuadro de Eduardo Saragó se le complicó al principio. El partido inició frío, como la noche. Y sólo el tanto de Roberto Carlos Bolívar avivó el encuentro. El colombiano abrió la cuenta, al minuto 38, tras rematar en el segundo palo un centro que provino de un saque de banda. El gol sorprendió a todos, 1-0.
El equipo local respondió de inmediato. Y lo hizo con una diana de Javier López. Al 42, el defensor argentino mandó a la red un centro de Richard Blanco.
Con el 1-1 se fueron al descanso. Ahí surgió lo mejor del duelo. Blanco, quien había marrado dos ocasiones en la primera parte, venció en la tercera. El ariete capitalino dejó regado a su marcador y horadó, con un fuerte remate, el arco rival. Aquello fue un golazo que levantó a los pocos presentes.
A partir de ahí, Italia respiró. Aunque el once de Miguel Echenausi estuvo a punto de igualar. En la fracción 83, el elenco visitante inquietó con un tiro de Ángel Osorio, en el área chica, que se fue afuera por muy poco.
El resto fueron regalos. En el tercer minuto de agregado, Diomar Díaz empalmó un centro de Félix Cásseres para el 3-1. Sesenta segundos después, el primo de Cristián hizo el suyo tras aprovechar un pelotazo que superó a la defensa adversaria.
Así, se desató la alegría en el Olímpico. Y ni la lesión de Blanco en unos de sus tobillos opacó el resultado. «Está un poco inflamado, pero los doctores dicen que la semana que viene va a mejorar», dijo el delantero. Él y los suyos disfrutaron del salto a la cima del torneo Clausura.
Vía: Líder en deportes/Daniel Fermín
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