Sin atenuantes. Como debe ser. Con autoridad, el Caracas FC se consagró campeón absoluto de la temporada 2009-2010 del fútbol profesional venezolano al golear 1-4 al Táchira en el estadio Pueblo Nuevo, de San Cristóbal, donde consiguió la estrella número 11 en su historia tras imponerse en el marcador global 5-1, tras la victoria de 1-0 en el partido de ida celebrado en el Olímpico, de Caracas. Además, el cetro para los capitalinos le da a Trujillanos FC el cupo a la Copa Sudamericana.
Desde las primeras de cambio, los dirigidos por Ceferino Bencomo resolvieron un partido, que en la previa se veía un poco más cerrado. Con grandes golazos, Caracas comenzó a bordar su estrella en el primer cuarto de hora del compromiso, que se jugó con una pertinaz lluvia que comenzó a caer un par de horas del pitazo inicial.
A los 11 minutos, Gabriel Cichero mandó un zapatazo desde unos 35 metros que dejó loco a Manuel Sanhouse y que se clavó en el vértice izquierdo para poner el 0-1, que obligaba a Táchira a hacer tres goles para ser campeón.
Sin embargo, no se habían recuperado bien del primer golpe, cuando en una contra, Jesús Gómez se sacó perfectamente a un defensor, con un enganche, y de globito dejó frío a Sanhouse y a todo Táchira con el 0-2 a los 13 minutos.
Antes de cumplirse los primeros 45 minutos, Javier Villafraz le dio un respiro a los aurinegros con otra perla de tiro libre a los 38 minutos y con 1-2 se fueron a los camerinos.
Complemento
En la segunda mitad, los aurinegros salieron a todo o nada y se quedaron con nada, porque la contundencia de los rojos fue más y liquidó cuando tuvo oportunidad.
Al minuto 61, en una gran jugada colectiva, Rafael Castellín logró definir de buena manera para el 1-3, que iniciaba la celebración capitalina y dejaba al Táchira obligado a marcar cuatro tantos para ser campeón.
Seis minutos después, Alejandro Guerra, de cabeza, sentenció el choque con el 1-4 y desataba la fiesta caraqueña, que se extendió a Valera, y que se amplió cuando Renny Vega le paró un penal a Villafraz. Ahí murió Táchira, en su propia casa, que de a poco se fue quedando sin aficionados.
Por: Gilberto González
@gilbertogv
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