Yohandry Orozco atravesó un bache complejo, de esos que hacen madurar rápido a un muchachito de apenas 21 años. El zuliano se fue al Wolfsburgo de Alemania con el hambre que tienen los que se van a comer el mundo, y después de soportar el ostracismo y el olvido de sus técnicos, tuvo que regresarse al país.
Más sereno, maduro, encaró la pretemporada con Táchira como si fuera lo último que tenía por hacer en su vida. Y ese sacrificio de retornar a su patria, a pesar de estar en la mejor liga del mundo, ayer rindió sus frutos, en 30 maravillosos minutos con la Vinotinto, y su primera diana como internacional absoluto.
«Estoy muy contento de estar con la selección, y de poder marcar este gol. Se lo dedico a mi hijo, que viene llegando hoy de Alemania. La verdad es que estoy muy feliz la oportunidad que me están dando aquí», destacó el marabino después de anotar el tanto del empate a dos para Venezuela contra Bolivia, anoche en Pueblo Nuevo.
«La verdad creo que el gol es un premio a todo lo hecho en el pasado. Trabajé muy duro en Alemania, las cosas no se dieron, y ahora estoy muy contento aquí en Táchira, y ahora me toca trabajar muy duro para estar bien en todo lo que se nos viene», aseguró Orozco.
«Necesitaba tener continuidad. Me hacía mucha falta esto, jugar. En Alemania no me tomaron en cuenta, y me tocó tomar una decisión muy difícil, porque me tocó venir atrás, aunque a mi me gusta jugar en Venezuela, pero fue, como dicen por ahí, dar un paso hacia atrás para poder dar dos para adelante», argumentó el volante zurdo.
Por: Pablo García/El Nacional
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