César Farías convocó a 26 jugadores para la doble fecha.
Vuelve a la acción la selección nacional de fútbol, esa pasión tan extraña como cautivante desde los tiempos de José Omar Pastoriza, quien puso las bases para que Richard Páez siguiera el trabajo, y fuera Cesar Farías el que, finalmente, busque terminar la construcción y lograr completar el edificio, ese edificio que no es más que escuchar el himno nacional en Brasil, el año próximo.
Vuelve la vinotinto, en ese deporte tan universal, pero que aun sigue en pañales en cuanto al fútbol de clubes en nuestro país debido a varios desaciertos gerenciales, vuelve la ilusión de ver nuestra bandera grande, maravillosa, arropando a cada uno de las personas que nacieron en esta tierra.
Los “legionarios”, con Juan Arango como buque insignia, tendrán una oportunidad más de llevarnos alegrías, esperanzas, y emociones, a todos los que creemos que con esfuerzo y sacrificio todo puede lograrse.
Venezuela viene de una magnífica actuación en la Copa América realizada en Argentina, su cuarto lugar le valieron el respeto y la admiración de todo el mundo futbolístico, el equipo dejó de ser la cenicienta, dejó de ser aquel al que se le ganaba con facilidad y ligereza, todo eso para convertirse en un rival correoso atrás, presionante, asfixiante, y que aprovecha los errores del rival a través de jugadas de estrategia. Defensa y oportunismo definitivamente son las cartas de los muchachos de Farías para llevarnos a un Mundial.
“Los partidos de eliminatorias se ganan, no se juegan”, dicen muchos técnicos y “eruditos” de este deporte, y razón no les falta, poco importa que un equipo la toque muy bien, remate mucho al arco, si al final termina con el casillero en cero. Venezuela, a pesar de tener un -1 en el gol average (8GF-9GC) ocupa la cuarta posición en las eliminatorias más complicadas del mundo, y con el permiso de sus rivales (las selecciones más potentes de Sudamérica en estos momentos), buscará apelar a la épica y al sacrificio, para al menos llevarse un buen botín que le permita no perder el tren mundialista.
Porque si algo tienen estas eliminatorias, es paridad, del cuarto lugar al noveno (Paraguay) sólo hay cinco puntos de diferencia, es decir, que cualquier cosa puede pasar en una segunda vuelta que se promete electrizante. Y para ponerle más emoción a todo esto, el técnico nacional tiene un reto mayúsculo, ya que no podrá contar con Roberto Rosales por una lesión en la ingle, y Fernando Amorebieta, por una sobrecarga en el músculo abductor izquierdo.
El DT nacional indicó en su cuenta de Twitter que Fernando “tiene todas las intenciones de jugar esta doble fecha pero no está en condiciones de hacerlo”, por lo que el Athletic Club de Bilbao desaconsejó su convocatoria y lo colocará en el dique seco por cuatro semanas.
Entre tanto, Oswaldo Vizcarrondo, defensor del Lanús argentino, ha superado sus molestias y estará disponible para la doble fecha, “Vizca” ha comentado en Twitter, apenas al llegar a la concentración nacional, que “se vienen dos fechas donde se necesita buen augurio y convencimiento”.
Farías seguramente asediado por un mar de preguntas e interrogantes acerca de la retaguardia nacional mandó un mensaje de calma, muy a su estilo, diciendo que “si no están ellos, tendrán que jugar otros”, sin embargo, parar a Messi, Higuain, Agüero, Di María y compañía primero, y a Falcao, James Rodríguez y el resto después, no será tarea fácil para un conjunto que seguramente se multiplicará en defensa, y esperará una genialidad de Juan Arango o Salomón Rondón, buscando siempre aprovechar alguna de las oportunidades que se les presenten para perforar la meta rival.
Por: Robinson Tamayo
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