Rafael Esquivel, presidente de la FVF, aseguró que el CAR estará listo.
Que la Vinotinto y su boleto al Mundial se convirtieron en asunto de estado, no es secreto para nadie. Ni siquiera para el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel, que entiende como una prioridad absoluta el hecho de poder terminar viendo a Venezuela en Brasil 2014.
«Para mi habría sido fácil decirle a César (Farías, seleccionador): `no podemos ir a Dallas al módulo de preparación’ y dedicar ese dinero utilizado por la selección en la culminación del Centro de Alto Rendimiento», explicó desde su despacho.
«Nuestros equipos deben trabajar con comodidades. Hemos hecho una fuerte inversión y la vamos a mantener. La prioridad es la selección».
Los días son ajetreados para un Esquivel que convive con la responsabilidad de ser señalado muchas veces como villano. «No tengo caparazón que me proteja. Siento las críticas que me hacen», dijo en un tono pausado. Sus dos teléfonos celulares sonaban y eventualmente volteaba a revisarlos.
«Al técnico debemos darle las herramientas para que trabajé de manera óptima», puntualizó el dirigente, quien demostró velocidad para contestar, con habilidad casi felina. «Nuestro compromiso es preparar a las selecciones. Tenemos una gran cantidad de actividades que subvencionar».
El Centro de Alto Rendimiento (CAR), según aseguró, podría estar para el 2012, 11 años después del inicio de su obra.
«Aunque es importante, nosotros nos debemos a ese trabajo y a otro. El CAR va a estar listo. Pero apoyaremos de manera decidida a nuestros equipos».
Detrás de bambalinas. Después de la Copa América, Esquivel se dejó ver poco para dar su opinión sobre la selección y el técnico César Farías. «Ni siquiera vine en el mismo avión. Cuando ganamos, que el crédito se lo lleven los que lo merecen. Pero cuando perdamos, yo le daré la cara al país», recordó. «Tengo la mejor opinión de la actuación de la selección y del trabajo de César. Seré el primer espadachín en defenderle».
La inversión fue fuerte
«Recuerdo que para ir a los módulos de altura, fue importante la opinión de los médicos en la exposición del plan de trabajo de la selección. Para los otros trabajos, también. Estamos hablando de gente trabajadora. Incluso anoche, a las 12, hablé con el técnico y me pide que mantengamos el ritmo. No descansa nunca», aseguró.
Una relación paternal. «La decisión de traer a César tuvo trauma», recordó Esquivel. En 2008 debió decidir entre él, Noel Sanvicente y Carlos Maldonado para suceder a Richard Páez. «Elegí al indicado. A pesar de la inseguridad que despertó en algunos», dijo.
A Farías le conoce desde hace años. «La primera vez que lo vi, fue como técnico en Bolívar, en unos Juegos Nacionales. Era un jovencito con inquietud por la estrategia. Hicimos buena relación», agregó antes de reconocer que su relación con él, es «casi paternal».
«Sólo le pido el máximo profesionalismo posible. Es una persona seria, responsable y trabajadora», precisó. «Claro, hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Pero nada que no se solucione después de un par de llamadas».
Como si de una casualidad se tratara, al final de la conversación, llamó Farías a Esquivel. Le atendió con cariño, como quien le contesta a un hijo. Habló con él y luego, regresó.
«Si clasificamos al Mundial, será insostenible su presencia en el país. Ya tuvo ofertas para irse y las rechazó para llevar a Venezuela al Mundial. Pero luego del 2014, habrá que ver qué sucede», concluyó sobre un futuro que hoy pinta venturoso, pero para que le falta un largo y duro camino, para el cual tendrá que emplear a fondo la resistencia que ganó después de 24 años en el poder del fútbol venezolano.
Por: Javier Ramírez-Musella/El Nacional
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