La irrupción protagónica de Luis Manuel Seijas en plan estelar parece ser el aviso que necesitaba la vinotinto para tener su deseado “enganche”. El 4-3-1-2 es posible gracias a un jugador con el talento del centrocampista del Independiente de Santa Fe y más allá de eso gracias a la entrega de Juan Arango, quien parece reinventarse en la selección nacional como un gran jugador.
REINVENTADOS
Interesante lo que está mostrando Luis Manuel Seijas con la vinotinto. Su nivel de juego ha sido la ratificación de lo que hace domingo a domingo en Colombia con el Independiente de Santa Fe, un nivel que le costó obtener después de tantos altos y bajos que habían caracterizado al ex Deportivo Táchira como un jugador irregular y que se perdía o aparecía dependiendo del tamaño del compromiso.
La aparición de Néstor Otero en el banquillo “cardenal” (después de la salida de “Bolillo” Gómez) ha sido la cuota de responsabilidad que necesitaba Seijas. En una oportunidad le escuché a ese técnico colombiano elogiar la capacidad del venezolano, pero que éste necesitaba tener una labor fija y de alta responsabilidad… para nadie es un secreto que Luisma había sido volante de primera línea, mixto y hasta lateral, posiciones en las que se perdía el talento del criollo.
Se le dio la responsabilidad del armado junto con un futbolista de gran experiencia como el argentino Omar Pérez. Seijas no sólo derrochó sus dotes técnicos de desequilibrio y cambio de ritmo, sino que aprendió de Pérez a poner la pausa y a manejar los tiempos en la mitad.
Amigos, estamos hablando de un jugador, que si mantiene regularidad, podría ser el “enganche” que tanto soñaba la vinotinto y que no había conseguido, no por falta de jugadores, sino por falta de jugadores que encajaran y entendieran un esquema tan bien como lo ha hecho Seijas.
COSA DE NÚMEROS
La gran polémica futbolística de este año ha sido el tema del esquema. No cabe duda que emociona, a uno como periodista, escuchar a la gente hablando de fórmulas matemáticas como el 4-3-3 ó 4-3-1-2… Definitivamente, y ligando con el tema anterior, la aparición de Luisma Seijas ha permitido que el segundo esquema funcione mejor, pero para ello también han sobresalido otras dos piezas que son fundamentales en el orden táctico que propone el técnico César Farías.
Una es Juan Arango. El maracayero era pieza fija indiferentemente del parado táctico, sin embargo su colocación en la primera línea de volantes nos ha dejado ver a un Arango más activo, con más participación, propiciando el roce con la marca, hablando más… liderando. Incluso ha cambiado tanto que ahora le luce más la banda de capitán, pues participa más en los dos costados de la cancha… Contra Bolivia Arango fue, para nosotros, el mejor del compromiso.
El otro es Ángel Chourio. Aquí debemos darle todo el crédito al técnico nacional, ya que descubrió en el hombre del Real Esppor a un delantero que necesitaba tras la “ausencia” de Giancarlo Maldonado. De hecho, es tanta la confianza que le ha tenido Farías al ex UAM que lo probó en varias posiciones de su 4-3-3 hasta que lo estacionó como punta y allí se quedará, por lo menos, hasta la Copa América.
DE RESPETO
Siempre recuerdo las palabras de Richard Páez cuando decía: “El fútbol venezolano tiene que crecer y la prensa tiene que hacerlo paralelamente”.
Pudimos conversar, junto con nuestro con nuestro comapañero Gilberto González, el otro día en el aeropuerto en Maiquetía con César Farías y aunque nos aseguró que el ambiente hostil que se formó en su contra desde que se levantó de aquella rueda de prensa no le traduce ninguna oposición de importancia, también nos dijo que “sería positivo trabajar en un ambiente más propicio, pero que todo debe llegar bajo el nivel de respeto”.
Lo que él ofrece debe venir de lado y lado, a mi me parece lo más sano. Entiendo, muchas veces a la distancia, que ambos sectores han tenido sus excesos (ni Farías ha debido levantarse ni un “periodista” le debería haber dicho “falso”) y que, como en un maridaje, cada uno deberá respetar los espacios de otro siempre con respeto, pero más allá de eso con la posibilidad de apoyarse mutuamente… allí creceremos.
Ahí se las dejo…
Por: Ernesto Vera
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