Bien merecido el campeonato mundial obtenido por el piloto venezolano Pastor Maldonado en la GP2, lo cual significa la antesala al gran salto de la Fórmula Uno. Al llegar al país, Maldonado manifestó: “Hoy tengo el honor de estar compartiendo un triunfo de Venezuela que le traigo al Presidente como una nueva punta de lanza para el deporte nacional”. Prosiguió: “Le quiero agradecer a Chávez, por haberme apoyado, por tener esta iniciativa de revolución deportiva. Desde niño tuve el sueño de llegar a la Fórmula Uno y gracias a este proceso lo estoy consiguiendo”, cerró su inteligente discurso el piloto venezolano.
No dudo en ningún momento de la capacidad de Pastor Maldonado y ojalá pueda lograr su sueño de convertirse en un nuevo piloto venezolano en incursionar en la Fórmula Uno; pero el deporte a motor está de lleno en los discursos revolucionarios contra la clase elitista.
Mi hermano y colega Gilberto González me ha comentado: “En la Fórmula Uno no es como el béisbol o fútbol que te pagan por jugar. En automovilismo el piloto tiene que tener o conseguir unos 20 millones de dólares para tener la posibilidad de ser piloto de un equipo, y luego tiene que demostrar para que más adelante reciba su premio económico y deportivo”.
En el periodismo definitivamente uno tiene que investigar y dominar las matemáticas; me asesoré con algunos colegas de la fuente de economía para llegar a la siguiente conclusión: Con 20 millones de dólares se puede construir un hospital sobre un terreno de 17 mil metros cuadrados para atender mensualmente 120 mil personas, le podemos agregar tres escuelas con capacidad de 500 alumnos cada una, también existe la posibilidad de un velódromo y una residencia para alojar a 200 deportistas.
Le sugiero a Maldonado que trate de conseguir los recursos con algunos amigos burgueses de “Esteban” como Magglio Ordóñez, Carlos Guillén, Antonio “Potro” Álvarez, Luis Sojo, Diego Armando Maradona y así llegaría fácilmente a la anhelada cifra de 20 millones de dólares; además el pueblo sería el principal beneficiado que esos recursos no salgan de PDVSA; para que esta empresa pueda invertirlo en obras sociales.
Así en teoría sería una verdadera revolución, en la que se cumplan el sueño y la ilusión de 800 mil personas y no sólo el de Pastor Maldonado. Suerte campeón…
SIN DESPERDICIO
Excelente la entrevista realizada por nuestro colega Augusto Cárdenas (Panorama) a Heath Totten. Definitivamente sin desperdicio. En la misma se desnuda algunas falencias notables de la directiva local en referencia a los criterios que implementan en ciertas ocasiones para mantener o descartar peloteros.
Después de lo observado en la pasada temporada que obligaron a retirarse a Orlando “Pepita” Muñoz y este año ni siquiera lo mencionaron como una posibilidad para coach de bateo, a Leonel Carrión lo tienen como un acordeón de un lado para otro; con estas realidades no eran muchas las muestras de agradecimiento que podía esperar Heath Totten.
En cuatro años con el uniforme naranja, el derecho tiene un registro de 19 victorias, 13 derrotas, con 3.36 de efectividad en 260 episodios lanzados. Una de las principales excusas que utilizaron para no repetirlo; era que no le podían aumentar el sueldo por no haber jugado de febrero hasta la presente fecha.
Al fanático no le interesa lo que hizo Totten de febrero hasta la presente fecha, lo tenían que evaluar para su aumento de sueldo por su temporada en Venezuela. Independientemente en la temporada 2010-2011 con los Bravos de Margarita deje una marca de 0-7 o de 6-1, lo debieron haber repetido. Como diría mi difunta abuela: “Mijo de malgradecidos está lleno el infierno”.
RUMOR DEL PÁJARO
Hace un mes en esta misma columna, alertamos en referencia a las posibles sanciones que iban a recibir tres jugadores venezolanos por su comportamiento en el Suramericano de Baloncesto celebrado en Colombia.
Tengo que confesar que mencionamos la presencia de los atletas en los clubes de Bucaneros, Marinos y Cocodrilos (ahí acertamos un 100 %); pero en relación a los nombres que han salido a la luz pública como Rafael Guevara, Gregory Vargas y Juan Herrera, mencionados por el gerente de la selección nacional de baloncesto, Pedro Castillo, quien los acusa de abandonar la concentración en Colombia, acertamos dos de tres, porque no manejábamos la información del alero Juan Herrera.
Lo cierto del caso es que hay que realizar una investigación seria en esta situación; los jugadores afectados han manifestado su inocencia y el señor Pedro Castillo tampoco tiene mucha moral en el mundo de baloncesto para acusarlos sin muchas pruebas.
“Hagan bien y no miren a quien”
Por: Gustavo Pérez
Twitter: @gushomerun
Correo: [email protected]
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