Saludos amigos fanáticos, un gustazo compartir con ustedes opiniones relacionadas con el deporte. Esta semana, bien movida por cierto, nos ha dejado varios temas para comentar, entre ellos la posibilidad real del cambio del color vinotinto de las selecciones nacionales.
VINOTINTO O NADA
¿Por qué cambiar algo que no está mal? Es la primera pregunta que me hice apenas surgió la posibilidad de cambiar el color vinotinto que, desde los años 30, identifica a las selecciones nacionales ante el Comité Olímpico Internacional.
Ese color, que por cierto es el resultado de unir el amarillo, azul y rojo de nuestra bandera (sin que ésta sea la razón de la asignación del color), se ha convertido en la identidad de Venezuela. Decir Venezuela es decir vinotinto, aunque en principio se creyera que sólo era para el seleccionado de fútbol de campo.
Precisamente fue el equipo de fútbol el que nos dio la oportunidad de portar con orgullo ese vinotinto. Después vimos a disposición de todos los uniformes de ese color del béisbol, baloncesto, voleibol y tenis, entre otros.
Hoy, cuando todos reconocemos (aunque aún algunos con cierta dificultad) el vinotinto como “nuestro” color, el que nos representa, entonces el ministro de deportes, Héctor Rodríguez, dice lo siguiente: “Hay un consenso generalizado con todas las federaciones que la uniformidad debe ser tricolor…”
Señor ministro, como dice mi hermano David Chacón, “esa no existe”. Deje quieto lo que está quieto. ¿Qué necesidad hay de pasar por eso? Si así estamos bien, ¿o no?
Claro que debemos portar el tricolor, como se ha hecho en los últimos tiempos en las prendas de presentación de las selecciones. Hasta ahí está bien, pero de resto, según la mayoría, es un retroceso evidente, aunque haya un sector que piense lo contrario y otro que es indiferente.
Pasar el proceso de cambiar nuestro color oficial es bien engorroso tanto con el COI, como con las diferentes federaciones internacionales, no es algo sencillo y considero que las energías deben estar concentradas en acciones que aporten más a las políticas deportivas, a las líneas estratégicas y otros aspectos que hagan sonar nuestro himno, ondear nuestra bandera y ver el nombre de Venezuela en todas las disciplinas deportivas y en cualquier instancia.
Por lo pronto me uno a la frase VINOTINTO O NADA.
EN CORTO
- Las Águilas pretendían un acuerdo por 10 con el Ministerio del Deporte por el Luis Aparicio, pero se lo negaron. Negocian uno de 2 a 3 años, en el cual si el recinto es alquilado para una actividad extradeportiva las ganancias serían repartidas en partes iguales.
- Heath Totten me dice que tiene tres meses tratando de convencer a la gerencia de Águilas que le brinde la oportunidad de volver, pero la gerencia no lo tiene en sus planes. El derecho también está dispuesto a reforzar a cualquier equipo, aunque prefiere a Lara o Margarita.
- Se esperan sorpresas en los invitados a los entrenamientos de los rapaces, entre ellos un pelotero “famoso”.
Esto es lo que hay…
Por: Gilberto González
Twitter: @gilbertogv
Correo: [email protected]
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