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Juego Legal: «El mundo se los comió a ellos»

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¿Cuánto puede cambiar una persona de un momento a otro? La respuesta a esta casi filosófica cuestión puede parecer sencilla, pero no la tiene nadie pues es tan relativa como el mismo comportamiento humano. Hoy los multimillonarios de las grandesligas se bañan con su dinero, pero para muchos de nosotros ni siquiera son “gente”.

JUICIO A…

La conducta del “Kid”, las díscolas demostraciones del “Toro”, las acusaciones contra el “Gocho”, la explosión de Armando Galarraga y otras similares han sido la comidilla de todos los días de la pelota de Grandes Ligas, quizá mucho más, lamentablemente, que la “campañota” de Miguel Cabrera o la de Omar Vizquel a sus 43 años de edad.

¿De qué se trata todo esto? Por años hemos visto los esfuerzos infructuosos de las Grandes Ligas, y otras como la NBA e incluso la NFL (fútbol americano), en promover un comportamiento digno entre sus principales figuras y qué se han conseguido: alcohólicos, drogadictos, problemas de violencia doméstica, asesinatos o intentos de, juicios, fraudes, esteroides y demás especies. SEÑORES… DESPIERTEN: EL DEPORTE PROFESIONAL ESTÁ JODIDO, COMO LA SOCIEDAD MISMA.

Creo que antes de juzgar al “Kid” Rodríguez deberíamos, como dijo Cristo, no ver la paja en el ojo ajeno cuando no hemos visto la viga en el nuestro propio.

Un muchacho con una educación menor del promedio, criado con más limitaciones que felicidades, millonario de la noche a la mañana, súper estrella de un deporte seguido mundialmente, jugando en una metrópolis como Nueva York, viviendo una temporada horrible con los Mets y siendo acribillado por la prensa casi diariamente ¿no tiene derecho a sentirse presionado?

Seamos humanos por un momento… si cuando alguien se nos atraviesa en el semáforo, sin siquiera habernos visto, lo que más nos provoca es bajarnos y darle un coñazo, no tiene derecho Armando Galarraga en querer darle dos bofetadas a su receptor porque le dijo de mala gana algo que él sabe tenía que hacer.

¿SERÁ UNA LOCURA?

Los deportistas son tan humanos como nosotros mismos. Aunque en cierta medida están obligados a ser modelos y figuras intachables e incorruptibles son iguales a todos nosotros, los que por razones de falta de talento, estamos fuera de los terrenos.

Esto no quiere decir que consiento lo que hizo Rodríguez o cualquiera de sus panas, pero me molesta que una institución que ahora se la tira de “sagrada” como las Grandes Ligas lo juzgue y que su equipo lo amenace con anularle el contrato y desterrarlo como si hubiese matado a alguien… ¿Lo hizo? No. ¿Lo hubiese podido hacer? Tal vez.

En todo caso las leyes estadounidenses se encargarán de darle el castigo que se merezca con los derechos, personales y colectivos, y deberes que ello conlleva. Mientras tanto, nadie debe quitarle al “Kid” su condición de gran lanzador y figura.

En las mayores, para no decir en todos lados, los que visten de corbata y tienen doctorados siguen condenando a unos y creando otros “monstruos”, pues obligan a sus títeres a seguir muchachos desde los 12 ó 14 años con la intención de firmarlos, sólo porque lanzan la bola cerca de 90 millas y miden más de 1.85, y siempre por una cantidad de dinero que sobrepasa lo que incluso el padre del pelotero ganó en toda su vida trabajando honradamente.

PELOTA VICIOSA

Desde hace tiempo en nuestras sociedades, las latinoamericanas me refiero, llegar a ser un deportista profesional es una de las principales salidas a la crisis. Más que estudiar, más que trabajar. Lo podemos ver en el barrio en que vivimos. Siempre que vemos un chamito con condiciones, ese se vuelve el consentido de la cuadra y hasta lo cuidamos dándole agua para que no se deshidrate… eso nos puede valer en un futuro entrar al estadio gratis o ser panita de la figura del momento.

Las Grandes Ligas, hoy más que nunca, pueden promocionar sus programas de educación o integración para beisbolistas latinos o extranjeros cuando están en ligas menores, pero poco o nada pueden aprender estos muchachos si están formados como máquinas de juego, con poco tiempo para formarse en las menores y lo más grave con el nulo espacio para ser personas… total, eso importa poco para sus organizaciones, por lo menos no tanto como su whip, go/ao, hb, era, o svo y todos esos números motivos de sus explosiones.

Para mí, y muchos no me caen bien, los he criticado, me han negado entrevistas y me han mirado feo, estos muchachos NO son mala gente. Cuando alguien se preocupe más por su parte humana que por si está perdiendo velocidad en su recta lo estaremos llamando a ser mejor persona… es la humilde opinión de alguien que no es perfecto.

Ahí se las dejo…

Por: Ernesto Vera

Correo: [email protected]

Twitter: @ernestovera

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