Nadie es perfecto. Hay quienes tratan serlo, pero es imposible. Incluso a veces uno al obrar bien, o creyendo que lo está haciendo, le sale algo mal. Es como querer hacer una gracia y te salga una morisqueta. Así es la vida y todo lo que está dentro del deber ser y el mundo real.
No suelo ser retórico, pero en esta ocasión creo que lo amerita. Hay varios puntos que tocar y que caen en lo mismo que explicamos en la entrada. Empecemos por la elección de la sede para el partido Venezuela – España.
Como en el fútbol mismo, no se trata de merecimiento. ¿Cómo medir cuál es la mejor plaza? ¿Quién tiene un método o fórmula exacta? Si es por la afición no debería perder Táchira, pero creo que hay que considerar, y seriamente, a Caracas, Puerto Ordaz y hasta Barinas.
¿Por estadio? Puerto Ordaz, Puerto La Cruz, Maturín, Barquisimeto. Quizás otros, excepto Maracaibo y Caracas, que ganan ampliamente si es por aeropuerto y hoteles.
Y entonces, ¿cómo quedamos? ¿Dónde “debe” jugar la selección? El deber ser: Donde consiga mayores beneficios deportivos. Total lo que realmente debería importar es que gane.
El mundo real: Será donde haya más beneficios ECONÓMICOS para los que están montando el negocio, porque eso es la selección. Esa es la verdad.
¿Se ha revisado las proyecciones del clima para la fecha del partido? No, eso no importa. De hecho, nada importa, ni siquiera la preparación de la vinotinto para la Copa América, que fue modificada por ese juego ante la campeona del mundo el 1 de junio.
El fútbol en el Zulia
Muchos saben de mi vinculación profesional con el Zulia FC, los que no lo sabían: mucho gusto. Dentro he aprendido y entendido muchas cosas, aunque eso no ha cambiado mi manera de verlas.
Desde siempre ha existido una comparación, a mi juicio estúpida, entre el Unión Atlético Maracaibo y el Zulia FC. Incluso hay quienes han culpado al Zulia FC de que no esté el UAM. Nada más errado.
Sencillamente Zulia FC es una cosa y Unión Atlético Maracaibo otra. El debe ser: El equipo que tenía sede propia, afición (mucha o poca, pero aún la tiene), que ya se había hecho un nombre y que, incluso, ganó una estrella y fue a Libertadores estuviera en Primera. El mundo real: Zulia FC, que solo tiene el título de Segunda, no ha podido arrastrar gente en masa al estadio y no posee sede, va, con justicia deportiva, a su cuarta temporada en la división de honor y UAM, si regresa, lo hará en Segunda B. Así es esto.
Y el periodismo…
Esto del debe ser y el mundo real también aplica en el periodismo. Casualmente este lunes he visto las páginas deportivas de algunos medios impresos en el Zulia. Entre todos los que vi (Panorama, Versión Final y La Verdad) no creo que se llenen dos cuartillas con las notas del fútbol y el baloncesto profesional venezolano. Ni dos cuartillas para dos deportes de los más populares en el país y que entre ambos suman 28 equipos. ¡Increíble!
¿Es ese el deber ser? No lo creo. Por muy mal que les vaya a los equipos de la región (de hecho es así), no creo que se trate de ser “localistas”, porque de lo contrario no informarían de ninguna otra liga. Eso es información y ellos (me refiero a los medios y a quienes toman la determinación del espacio) lo están obviando. En este caso, entonces, el mundo real está equivocado.
Así es esto, así es la vida. Llena de incoherencias y de decisiones, que a simple vista, parecieran no tener explicación. Las hay para algunos y no alcanza para otros. Nadie queda conforme en un mundo que se divide entre el deber ser y la realidad.
Por: Gilberto González
Twitter: @gilbertogv
