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El reinado de Félix comenzó en Maracaibo

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El as de los Marineros lideró varios departamentos de pitcheo.

El as de los Marineros lideró varios departamentos de pitcheo.

Durante un juego del campeonato Interligas Senior de Pequeñas Ligas en Maracaibo, cuando corría el año 2001, un joven de 14 años de edad llamado Félix Hernández, vestido con la camiseta de Flor Amarillo, se robó la atención de muchos de los observadores de talento que estaban presenciando el encuentro ante San Francisco.

El mánager del equipo zuliano (en ese entonces, Omer “Rafito” Muñoz) y el scout de los Marineros de Seattle en la región occidental de Venezuela, Luis Fuenmayor, se dieron cuenta de que ese día estaban en presencia de una de las grandes promesas del béisbol venezolano.

“Eso fue en el estadio de San Miguel, yo tenía el radar y vi que Félix lanzaba 87 millas por hora en esa categoría, y eso es algo que nunca se ve, así que le dije a Luis que viera al muchacho lanzar y lo reportamos”, cuenta Muñoz, quien señaló que más allá de que Hernández perdió ese juego 4-2 ante San Francisco, su manera de lanzar era muy sobresaliente. «Además, lanzaba un tremendo curvón», agregó Muñoz.

“Era un muchacho muy fuerte para estar en esa categoría, que además siempre atacaba la zona de strike rápido, con una recta muy portentosa y una slider que era imbateable”, señaló Fuenmayor, quien al ver el talento del ahora ganador del Cy Young de la Liga Americana, no dudó en ese momento en pasarle el reporte a su colega en la región central, Pedro Ávila.

“Llamé a Pedro y le pasé el reporte de Félix porque sabía que era un talento en potencia, pues yo no podía hacer la negociación con Seattle porque no era mi región. Sabíamos que era un gran prospecto, que ahora, gracias a Dios, nos ha llenado de mucho orgullo con este Cy Young, pues no nos equivocamos con él (Hernández)”.

Estrategia

Un diamante en bruto como ese no era fácil de firmar así nada más. «Lo metimos en nuestra academia, aprovechando que su hermano Moisés estaba con nosotros en una preselección», narró Muñoz.

«Él (Félix) era asediado por todo el mundo, pero aprovechamos la amistad que teníamos con su familia, tomando en cuenta que Moisés, (hermano de Félix y luego lanzador de Cardenales de Lara), estaba en la preselección para el Latinoamericano Juvenil que se celebraría en Monterrey, México, donde fuimos campeones». «Esa amistad nos permitió mantener a Félix cerca de nosotros y por eso el scout Pedro Ávila, quien vivía en San Diego, cerca de Valencia, pudo firmarlo porque esa era su zona». Ávila terminó como Scout del Año de los  Marineros.

No se pelaron

Luego de ser descubierto en Maracaibo, Fuenmayor recomendó a Hernández a Ávila y Emilio Carrasquel, quienes fueron impresionados por el joven, pues el día que fueron a verlo, el “Rey” lanzó 94 millas por hora en un duelo entre Flor Amarillo y Falcón.

“Había muchos scouts ese día y en el último inning el radar marcó una recta de 94; le pregunté al único colega que quedaba en ese momento: ¿Fue 94 de verdad?, y el scout me lo confirmó”, recordó Ávila.

“Muchos equipos estaban detrás de él (Hernández); Bravos, Astros y Yankees. Él era un lanzador muy consistente, así que no dudé en darle el reporte a Bob (Engle, director de Operaciones Internacionales de los Marineros)”.

“‘Yo no puedo creer esto’, me contestó Bob por teléfono, ‘¿estás seguro?’, me volvió a decir”, contó Ávila su conversación con el directivo de Seattle, quien no dudó en abrirle las puertas de la academia ubicada en Agua Linda, Bejuma.

“Gracias a la familia pudimos llevar a Félix a Seattle. Él no quería mucho dinero, me dijo que quería proyección y que sabía que en esta organización la iba a tener”.

Los Marineros firmaron a Hernández el 4 de julio del 2002 y le dieron un alto bono por la firma de 710 mil dólares.

A madrugar

Ganar el Cy Young no sólo significa para la familia Hernández un gran orgullo, sino que además le trae a Félix la responsabilidad de seguir los consejos de su padre. “Ahora tiene que levantarse más temprano a trabajar. Ahora tiene que demostrar que puede ganarse otro Cy Young y mantener ese mismo nivel”, dijo el señor Félix desde su hogar.

“Desde los 4 años, que lo llevé por primera vez a un parque de pelota, siempre mantuve la esperanza de que iba a llegar lejos en su carrera”.

El padre del derecho de los Marineros de Seattle, contó que una de las anécdotas que más recuerda de su muchacho, es que nunca dejó su manía por las gaseosas durante su etapa en pequeñas ligas.

“Ese muchacho era tremendo loco, después de cada juego se desesperaba buscando dinero para tomarse un refresco, jamás cambió eso”.

Destino

Aunque no ha sido comprobado, probablemente Félix Hernández enfrentó durante ese interligas Senior que lo trajo a Maracaibo en 2001, a Carlos González, con quien una década después comparte la predilección de la fanaticada y los máximos premios que se otorgan a los jugadores en las Grandes Ligas.

Félix acaricia su primer Cy Young y Carlos viene de ser campeón bateador de la Liga Nacional, además de ganar el Bate de Plata, el Jugador Más Destacado y el Mejor Jugador de las Mayores en 2010, quedando todavía pendiente lo que pueda hacer en la carrera por el MVP de la Nacional.

«Justo en ese interligas estaba Carlos González, quien viajó con nosotros con la PL Coquivacoa al Latinoamericano (en Aruba) y al Mundial (en Kisseemmee), que ganamos en 2001, apuntó «Pistolita» Fuenmayor.

Por: Wilmer Reina/La Verdad

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