Carlos González se corona monarca de bateo.
En un clubhouse casi desierto, sentado frente a su locker, Carlos González no pudo esconder su frustración por haberse despedido de la temporada. Un día después volvía a sonreír, pues sabía que Joey Votto, su rival más cercano no estaba en la alineación de Cincinnati. El título de bateo estaba cada vez más cerca. “Es un poco frustrante cuando te das cuenta de que ya no hay nada que pelear. Por un lado uno se alegra por el título de bateo, pero es triste que el equipo no clasifique”, declaró el criollo. ¿Cuándo asumió Car-Go que sería el campeón bate? “Hoy fue que caí en cuenta (risas) y asumí que soy el campeón porque la pelea estuvo bastante reñida, pero los demás peloteros empezaron a decaer”.
La consecución del título de bateo, no es para Car-Go más que la capitalización de una campaña en la que entre otras cosas bateó la escalera. “Ese fue uno de los momentos más bonitos de la temporada, igual que haber intervenido en el no hitter de Ubaldo Jiménez”.
La temporada termina hoy, cierto, pero también es verdad que Joey Votto necesita tomar al menos 11 turnos y conectar imparables en cada uno de ellos para igualar a Car-Go, por lo que la corona de bateo está prácticamente en sus manos. El marabino considera que en los últimos días era sumamente difícil para él no estar pendiente de lo que hacían sus contrincantes. “Por más que uno tratara de no estar pendiente, siempre venía alguien y te recordaba esa situación. A lo último uno sigue a los demás para ver qué chance hay de ganar algo”.
Quedó con ganas de más
Haber terminado la temporada dos días antes de lo previsto, margino a Carlos González de la posibilidad de emular a César Tovar y Magglio Ordóñez como los criollos en alcanzar los 200 indiscutibles de por vida en Grandes Ligas. “Son marcas que son muy difíciles de conseguir y por supuesto que me quedó una espinita. Estuve muy cerca y no sé si volveré a tener esa oportunidad en la vida, pero yo estoy satisfecho con mi año”.
El título de bateo, también le cambiará la vida a Car-Go, pues ahora será más conocido en el mundo de las Grandes Ligas y especialmente como la gran figura de los Rockies. Él ya está consciente de eso. “Uno está claro que este tipo de cosas te dan más fama, pero también mayor responsabilidad y uno siempre tendrá la tarea de comportarse de la manera correcta posible, ser un ejemplo”.
Desde ayer Carlos González podía proclamarse rey de los bateadores del viejo circuito. El nuevo monarca se subirá al trono hoy, cuando los números lo terminen de acreditar como el tercer venezolano en ostentar ese honor.
El complicado último mes de temporada
Carlos González jugó el último mes de la campaña con una lesión en las muñecas, lo que para él fue un motivo más de inspiración. “El último mes lo jugué adolorido de las muñecas, lo que le da un valor adicional a lo que conseguí”.
González tuvo a sus principales rivales en las figuras de Joey Votto y Omar Infante, quienes hasta la última semana llegaron con chance de darle caza al criollo.
Al igual que Car-Go tuvo en Votto e Infante a sus rivales, Andrés Galarraga encontró su némesis en la figura de Tony Gwinn. En el caso del “Gato”, las últimas tenían un componente de presión adicional, ya no era solo el acecho de Gwinn, sino el hecho de que tenía que llegar a las 502 apariciones para poder optar por la corona. Galarraga culminó la zafra con 506.
El más férreo contrincante que encontró Magglio Ordóñez 14 años después fue el japonés Ichiro Suzuki. Hasta el 19 de septiembre, el nipón dominaba al criollo por un punto, de ahí en adelante, el falconiano pegó 15 hits y cerró con average de .363
Por: Cesar Augusto Márquez/Líder
PANORAMA
“CarGo” espera sentado su corona
El trabajo de Carlos González en la temporada 2010 terminó antes de tiempo, por lo que el jardinero esperará sentado en el banco, hoy, la conclusión de la ronda regular para convertirse, oficialmente, en el primer zuliano en ganar un título de bateo en las Grandes Ligas.
El marabino, de 24 años, se perderá su segundo partido consecutivo, y su tercero de la serie de cuatro juegos que finalizan los Rockies de Colorado en su visita al Busch Stadium, sede de los Cardenales de San Luis. Su tendinitis en la muñeca derecha finalmente detuvo su accionar, luego de irse de 4-0, antenoche, en la derrota de su club 3-0.
“Se me volvió a inflamar el tendón y el trainer dijo que la muñeca necesita descanso ya”, dijo “CarGo”, vía telefónica desde San Luis, antes del choque de ayer en el Busch Stadium. “Mi temporada se acabó”.
González culminó su primera campaña completa en las mayores con promedio de .336, suficiente para convertirse en el tercer venezolano en ganar una corona de toleteros en el mejor béisbol del mundo. Andrés Galarraga (.370) fue el pionero, en 1993, también con los Rockies; y Magglio Ordóñez (.363) lo imitó, en 2007, pero en la Americana.
“Me parece increíble lo que voy a lograr”, resaltó González, quien será el criollo más joven y el primer toletero zurdo en lograr la hazaña, siempre y cuando su más cercano seguidor, Joey Votto, de los Rojos de Cincinnati, no consiga un verdadero milagro, que sería irse de 11-11 en su choque ante Milwaukee.
“Todavía no me siento campeón bate. Prefiero esperar a que esto se termine”, enfatizó el marabino, quien perdió la oportunidad de conseguir también la corona de empujadas (con 117 está una detrás de Albert Pujols) y de llegar a los 200 imparables (quedó a tres), cifra que sólo lograron César Tovar y Ordóñez entre los venezolanos.
“Me siento tranquilo, porque de verdad que traté de buscar los hits, pero estoy tocado”, subrayó “CarGo”, quien está resignado a ver el último juego desde el banco. “Cuando no se puede, no se puede”. “He estado jugando así, con dolor, durante más de un mes”, dijo el tercer bate de los Rockies. “Más bien le doy gracias a Dios, porque pude jugar así y seguir rindiendo”.
Y, pese a la molestia, González pudo cosechar los números suficientes para esperar sentado su cita inevitable con la historia. Maracaibo estará de fiesta, hoy, cuando celebre la gesta de “CarGo”, el flamante campeón bate de la Liga Nacional 2010.
Por: Augusto Cárdenas
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