Bob Abreu no está presentando los números que acostumbra.
Bob Abreu entra al clubhouse de visitantes del Yankee Stadium con su tumbado al caminar y su sonrisa de siempre. Saluda a compañeros y periodistas. Le dice a Erick Aybar que le va a dar unos golpes si lo sigue molestando por una apuesta que supuestamente hicieron y se defiende de las bromas por su nuevo peinado, que en realidad es poco escandaloso.
El “Comedulce” podrá estar bateando .260 a estas alturas de la temporada, pero eso no quiere decir que esté preocupado, o mortificado. Al menos, no en exceso.
“La temporada no está tan mal, es simplemente que el average está más bajo, pero yo no me preocupo por eso”, dice el tercer bate de los Angelinos de Los Ángeles. Y no cuesta creerle. “En los últimos días de septiembre es que se verá dónde van a terminar los números”.
“¿Estoy contento?”, se pregunta Abreu y él mismo se responde: “Es obvio que no estoy contento con lo que está pasando. Pero bueno, hay que seguir trabajando y esforzándose. Más nada. Pa’ lante”.
Más que un arrebato de positivismo ciego, el jugador de 36 años tiene razones para ser optimista ante su temporada y pensar que las cosas comenzarán a salirle mejor.
Está tomando la misma cantidad de boletos que ha recibido en sus últimas temporadas (proyecta 89) y con 23 dobles y 10 jonrones ha mostrado más poder que en el 2009.
Abreu asiente cuando se le pregunta si esos batazos de más de una base son una buena señal. “Claro, porque le estás pegando con contundencia a la bola”, se explica. “Quiere decir que estás elevándola bien hacia los jardines”.
Entonces, si está recibiendo sus boletos y llevando la pelota lejos –para sus estándares de los últimos años- por qué razón anda atascado un mediocre .254, sin contar la jornada de ayer.
“Le estoy dando bien a la bola. Duro, pero de frente. Y eso es algo que no puedes controlar. De verdad, no han pasado los batazos. Pero bueno, uno no puede decaerse por eso. Todavía quedan 300 turnos más y en esos 300 turnos se pueden acomodar las cosas”.
-¿O sea que es cuestión de suerte?
“No sé si es mala suerte. Yo no utilizo ese término”, advierte el zurdo. Simplemente no está pasando la bola. O las cosas no están saliendo como uno espera. Pero si uno sigue esforzándose puedes reventar eso y empezarán a pasar”.
Lo que argumenta Abreu es respaldado por quienes lo ven jugar a diario y también por algunas estadísticas.
Sobresaliente
En su exitosa carrera, el aragüeño tiene un average de .344 cuando pone la bola en juego. Este año, ese promedio anda en .302. No es descabellado pensar que le ha faltado suerte y que ese promedio subirá en lo que resta de temporada. Que las aguas volverán a su cauce.
“En mayo, durante todo el mes, estaba bateando la bola con fuerza. Unas líneas durísimas y todas eran out”, recordó su compañero Torii Hunter, que como cuarto bate de los Angelinos ve de cerca los turnos del criollo. “Fue una racha larga. Era mala suerte. Yo recuerdo que me le quedaba viendo, como diciéndole ‘¿qué hiciste? ¿trataste mal a alguien? ¡Haz algo! ¡Medita de noche!”
“Cuando termine la temporada, pienso que los números estarán allí”, añadió Hunter.
“Tengo confianza en que las cosas van a emparejarse. Este juego tiende a nivelar las cosas. Y eso va a pasar con Bobby y cuando pase vamos a estar muy contentos”.
Claro que nadie puede estar seguro de que Abreu subirá su average. Este año, ha bajado nuevamente la cantidad de líneas que conecta, algo que podría tomarse como una señal de que en realidad no está haciendo tan buen contacto.
Mientras en sus mejores años su porcentaje de líneas entre el total de batazos estaba alrededor de 25%, y de por vida esa media es de 22,5% (según Fangraphs.com), en 2010 ha caído a 18,2.
Y el tema de la edad –ya cuenta 36 años- también suele salir a la luz ahora que el average no está como de costumbre.
“Eso no tiene que ver. Me estará pegando la edad, pero los números siguen igual”, contrapunteó cuando se le mencionó el tema. “La edad no pega, pana. Es como uno se siente, como uno mantenga su cuerpo y como trabajas todos los días de la temporada. Más nada. A mí lo de la edad, me da igual. Eso es mental.
Lo decían a los 34 años, y coloqué números. El año pasado, lo mismo. ¿Qué diferencia hay del año pasado a este?”.
La respuesta a esa pregunta la sabremos en dos meses.
Jugar con los Leones del Caracas: sí, pero…
En una rueda de prensa hace algunos meses, Bob Abreu dijo que iba a jugar con los Leones del Caracas en la temporada 2010-2011 de la Liga de Beisbol Profesional de Venezuela. Y si bien sigue manteniendo que quiere hacerlo, esta vez no sonó tan convincente.
“Los planes siguen iguales. Sí quiero jugar en Venezuela, pero voy a tratar de adelantar unas cosas que tengo que hacer para que cuando vaya a jugar, poder dedicarme a eso”, comentó el jardinero de los californianos.
“Eso es lo que voy a cuadrar primero para poder ver cuánto tiempo voy a estar. Ver qué permiso me dan aquí y por cuánto tiempo”.
Cuando se le preguntó que si se podía escribir en el periódico que iba a jugar, respondió: “Hay que hacer cosas. Pero posiblemente estaré jugando ahí”.
Luis Ávila, presidente de Leones, y el asesor deportivo Oscar Prieto Párraga viajarán próximamente a Anaheim para conversar con Abreu.
Los zurdos lo tienen loco
A lo largo de su carrera, Abreu se ha defendido contra los lanzadores de su propia mano. De por vida, batea .306 avg/.415 OBP/.523 SLG ante derechos y .276 avg /.365 OBP/.400 SLG contra los zurdos. Sin embargo, este año la diferencia es brutal. Tiene average de .219, un OBP .287 y un slugging de .359 ante los siniestros.
“He tenido muchos problemas contra zurdos. No he estado consistente, puedo reconocerlo”, dijo. “Es algo que tengo que trabajar, porque los números son críticos. No le puedo llegar a los pitcheos afuera. Le hago swing a envíos malos, abro la cintura muy temprano y eso hace que no pueda hacer contacto como es”.
Por. Efraín Ruiz/Líder
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