El criollo Alcides Escobar apenas ha jugado 47 encuentros arriba.
En las filas de los Cerveceros de Milwaukee, mucho se espera del joven venezolano Alcides Escobar, quien asumirá el puesto de torpedero titular del equipo desde el principio en este 2010. Y aunque el talento está ahí -tanto a la defensa como al bate- el cuerpo de coaches de los Cerveceros sabe que habrá que tener paciencia con el pelotero de 23 años de edad.
«Tiene todas las herramientas», dijo el coach de la banca de Milwaukee, Willie Randolph, un ex segunda base de muchos años en Grandes Ligas. «Tiene el brazo, la velocidad…me ha gustado lo que he visto de él, pero también me gusta tomar las cosas bien al paso».
Efectivamente, el mismo Escobar sabe que aunque subió por los circuitos minoritarios como un prospecto bien cotizado y que los Cerveceros confían en él para ser titular, le falta mucho para pulirse a nivel de las mayores.
«Trato de mejorar todos los días en las cosas pequeñas», dijo Escobar en el estadio de los Cerveceros en el sector Maryvale de la ciudad de Phoenix. «Siento que me faltan muchas cosas por aprender”.
Hasta ahora con el bate, Escobar ha rendido a nivel de Grandes Ligas. Después de batear .333 en 125 turnos luego de que los Cerveceros enviaran a Triple-A a J.J. Hardy-quien sigue siendo buen amigo del venezolano, aún después de su cambio a los Mellizos-el joven paracorto llegó al 29 de marzo con promedio de .354 en la Liga del Cactus.
Pero la mayor preocupación en estos entrenamientos para el equipo-y específicamente para Randolph, el encargado del desarrollo de Escobar como infielder-es la defensa.
«Lo principal para él es mantener el enfoque», dijo Randolph, quien fue una especie de «mentor» a torpederos de la talla de Derek Jeter como coach de los Yankees y del dominicano José Reyes como manager de los Mets. «No se trata solamente de manejar los rodados, sino también estar en el lugar correcto en el momento indicado, ser inteligente. No pasarse de agresivo. Las cosas que conducen a que nuestros pitchers saquen tres outs”.
«Cometerá su cuota de errores, y lo criticaré, porque soy exigente con mis infielders», continuó Randolph. «Pero él sabe manejarlo. Lo principal es que mantenga el enfoque para cada jugada, cada lanzamiento».
En sus primeros 16 partidos de esta pretemporada, Escobar no cometió errores a la defensa, con un total de 50 oportunidades en el campo corto.
Pero los números no lo dicen todo, y Escobar acepta los consejos-junto a las críticas-de Randolph con buena actitud.
«Siempre me dice las cosas, que juegue del lado izquierdo, derecho; siempre trabajo extra con él en la mañana y le doy muchas gracias a Willie Randolph».
Entonces, si bien es cierto que lleva un porcentaje de fildeo perfecto hasta ahora, ¿ha habido muchos errores mentales de Escobar en su posicionamiento y en otros aspectos?
«Más de lo que preferiría ver, pero es de esperarse», afirmó Randolph. «Tiene que mejorar eso, pero no digo eso de manera negativa. He tenido (al dominicano Alfonso) Soriano, Reyes, un Jeter joven. Todos han tenido que lidiar con eso. Es más bien una crítica constructiva”.
«Este muchacho apenas está aprendiendo el idioma (del inglés). Está empezando a acomodarse en este ambiente. Voy a tener que ser paciente”.
En sentido general, es bastante positivo el balance de Escobar en sus primeros entrenamientos completos a nivel de Grandes Ligas y como titular, y así lo expresa claramente el manager de los Cerveceros, Ken Macha.
«No ha decepcionado para nada», dijo el capataz. «Anticipamos con gusto la ayuda que nos brindará a la defensa, con su alcance, su brazo. En septiembre (del 2009) jugó muy bien. Creo que continuará desarrollándose para convertirse en tremendo pelotero».
EL BATEO
Escobar bateó .293 en los circuitos minoritarios, desde que empezó su carrera profesional en el 2004 a los 17 años. Y aunque «el cielo es el límite», según Randolph, el torpedero está consciente de que necesita tener un poco más de disciplina en el plato.
«He venido trabajando mucho en mi bateo día a día, tratando de agarrar más pitcheos y ser más selectivo», manifestó Escobar, quien recibió tres bases por bolas y se ponchó cinco veces en sus primeros 48 turnos de la pretemporada, con porcentaje de embasarse de .385 para acompañar ese promedio de .354. «Me falta un poco más de paciencia».
Ese es un obstáculo común en muchos peloteros jóvenes, pero Macha confía en que Escobar podrá superarlo con su puro talento.
«Obviamente no queremos que su promedio sea el mismo que su porcentaje de embasarse», dijo Macha en tono de broma. «Creo que su swing es un swing de contacto. Va a poner muchas bolas en juego. Entonces, una cosa es ser selectivo, pero lo principal es que no expanda la zona de strike. Que simple y llanamente le dé a los pitcheos en la zona».
De hecho Randolph, quien califica a Escobar como «un hijo para mí», cree que en un futuro el paracorto puede desarrollar algo de poder en el plato, con su estatura de seis pies y una pulgada.
«El año pasado le dio bien a algunas bolas y este año también», afirmó el instructor sobre Escobar, quien nunca conectó más de ocho cuadrangulares en una temporada en liga menor. «No quiero que piense en eso ahora mismo. Ahora se trata de darle por el medio del terreno”.
«Pero en algún momento llegará a levantar más pesas y entenderá cómo darle con extensión a la pelota», continuó Randolph. «Veo el potencial de que se ponga más fuerte, de llenar un poco su cuerpo. A-Rod, (Cal) Ripken (Jr.), Derek Jeter, son shortstops que pueden llevar unas 10 libras extras».
Los Cerveceros saben que le están pidiendo mucho a un pelotero que ha jugado apenas 47 partidos en Grandes Ligas antes del 2010. Pero Escobar luce de lo más tranquilo, tanto en el terreno como en un clubhouse que incluye a estelares como Prince Fielder, Ryan Braun y Trevor Hoffman. Se le ve que sabe que pertenece de verdad a ese grupo.
«Estoy contento», dijo. «Simplemente esperando que comience la temporada».
Por: David Venn / LasMayores.com
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