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Abreu quiere aumentar su average

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Bob Abreu no deja de rendir con bate.
Bob Abreu será más exigente con su rendimiento este año.

Bob Abreu será más exigente con su rendimiento este año.

Bob Abreu cumplió 36 años ayer. Lejos de casa, como siempre desde que celebró los 17. Lleva veinte marzos soplando las velas fuera del hogar, pues su aniversario siempre coincide con el beisbol de Grandes Ligas. En 2006 festejó rodeado de venezolanos, pero en Puerto Rico y en el contexto del Clásico Mundial (seguro fue su onomástico más comentado, por todo lo que se dijo de la famosa fiesta en Puerto Rico). En 2009 también se vio flanqueado de sus compatriotas de la selección nacional.

“La última vez que celebré mi cumpleaños en Venezuela fue cuando cumplí 16, porque el mismo día que llegué a 17 estaba volando a Kissimmee rumbo a mi primer campo de entrenamiento (con los Astros de Houston). Han pasado rápido esos 36 años”, mira por el retrovisor el más completo de los criollos que haya pasado por las Grandes Ligas.

Abreu conserva ingratos recuerdos de ese trance, que terminó al firmar un contrato casi leonino con los Angelinos de Los Ángeles. “No pude agarrar vacaciones, ni a la playita me dejaron ir”, se queja. “Esta vez sí fui y agarré sol, me relajé, me divertí”.

Lo hizo luego de triunfar en 2009 y obtener de los serafines un acuerdo por dos años. Ahora los querubines incluyeron su imagen entre las figuras señeras del club y una gráfica del “Comedulce” adorna la fachada del Diablo Stadium en esta primavera. “Nada más importante que tu trabajo sea reconocido, y los Angelinos lo han hecho ver, tanto el año pasado como en este. Eso vale”, acotó el criollo.

Por eso está así, tranquilo. Para hablar con la prensa venezolana se recuesta de una baranda que separa la zona de foul del rightfield de las tribunas. Tiene un bate en la mano, arrastra la maceta por el suelo y distraídamente lo mueve hacia adelante. “Oye, y yo estoy golpeando”, se excusa con un reportero. Por casi veinte minutos Abreu se abstrae de la práctica y conversa con toda su calma. Eso sí, a la hora del trabajo se faja. Temprano en la mañana se le pudo ver en el gimnasio pedaleando en una bicicleta estática, al tiempo que escuchaba el iPod. Ejercicio y música, dos de los puntos cardinales de su vida.

“Me siento bien, físicamente estoy como a un sesenta, setenta por ciento”, calcula empíricamente Abreu. “Estoy bateando, ese swing está fino, debe estar ya a un ochenta, noventa por ciento. Pasarán los años y ese swing siempre va a estar ahí”. Y mientras más viejo se pone, más le exige Bob Abreu a ese swing. Pretende extender a ocho su cadena de campañas con 100 o más empujadas, pese a que comenzará como segundo en el orden ofensivo de Mike Scioscia, una ubicación desde donde cuesta más empujar compañeros.

“No es fácil impulsar 100 desde el segundo lugar, pero es un reto romper con los esquemas”, sostiene el bigleaguer aragüeño. “Es un reto personal, pues no encuentras muchos segundos bates que empujen 100. Por qué no hacerlo tú para seguir la racha. Yo mantengo en la mente que soy tercero, no trato de cambiar. Mike y yo tenemos una buena comunicación, lo hemos hablado. Voy a comenzar como segundo y en cualquier momento que él me necesite de tercero voy a estar ahí”, finalizó el “Comedulce”.

El rifle todavía no está oxidado

En la práctica de los Angelinos se nota que aún le falta explosión en la carrera para buscar elevados en los jardines, pues sus desplazamientos durante el “shaggeo” son un poco lentos. Para Bob Abreu eso es normal. “Lo que más tarda es agarrar la velocidad que quieres, trabajar las piernas, la resistencia y las coordinaciones hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados. Trabajo mucho en mis movimientos, busco ajustarme”, describe. Eso sí, el brazo mantiene su potencia de siempre. Lo ponen a hacer tiros a tercera y la pelota silba mientras llega con violencia a su destino. “Todavía queda Bob Abreu en el rightfield”, ataja. “Siempre he tenido una buena defensiva que no ha sido valorizada. Al rifle le quedan unos cuantos cartuchitos”.

A Abreu le resbalan los análisis según los cuales su defensa ha desmejorado a la luz de los nuevos instrumentos de medición que se han desarrollado. “Siempre habrá comentarios que me van y me vienen”, despacha el “Comedulce”.

Basket por televisión

En las notas de prensa de los Angelinos apareció que Abreu había adquirido a las Panteras de Miranda, equipo del baloncesto profesional venezolano. Desde hace rato corre ese rumor, pero él lo ha desmentido y lo sigue haciendo. “BTOP es mío, Cacao Récords es mío y en su momento di ruedas de prensa sobre eso. No he dado rueda de prensa sobre Panteras”, insiste. “Sí he escuchado muchos comentarios al respecto, pero no tengo nada que ver. El basketball lo veo por televisión. Abreu sigue apostando fuerte por los Angelinos como campeones de la Serie Mundial.

“El equipo está bien conformado, luce fuerte”.

Por: Carlos Valmore Rodríguez/Líder

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