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Luis Severino y su resurgir en un año para ser as en Nueva York

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El dominicano acumula 220 abanicados en 2017.

El dominicano acumula 220 abanicados en 2017. Foto: Getty Images

La noción de Luis Severino como as de la rotación de los Yanquis era inconcebible hace un año, luego de una temporada en la que terminó con una marca de 0-8 y efectividad de 8.50 como abridor. Lo enviaron por un prolongado periodo a las menores y hasta fue relegado al bullpen.

Con Nueva York de vuelta a la postemporada tras un paréntesis de un año, el derecho dominicano se prepara para ser el abridor del primer desafío, posiblemente el juego de wildcards el próximo martes.

«El año pasado, no confiaban en mí ni siquiera para abrir un juego. Ahora tengo la oportunidad de iniciar la postemporada», dijo Severino. «Estoy orgulloso de mí mismo y del equipo».

Severino habló tras su última salida en la temporada regular, en la que certificó una foja de 14-6, efectividad de 2.98 y 230 ponches en 193 1/3 innings — los Yanquis registraron una marca de 20-11 en sus 31 aperturas.

También acumuló 17 aperturas en las que permitió una carrera limpia o menos, la máxima cantidad esta campaña en las mayores.

Su rendimiento fue incluso superior tras su primera convocatoria a un Juego de Estrellas, con marca de 9-2 y 2.28 después de ese partido en Miami.

¿Qué hizo para darle un vuelco a lo que parecía una causa perdida como abridor?

Severino decidió recuperar y pulir el cambio de velocidad para complementar su recta y slider. Lo otro fue el mensaje del equipo –por medio del manager Joe Girardi y el coach de pitcheo Larry Rothschild– de que aún no habían renunciado al proyecto de tenerlo como abridor.

«El año pasado tuve muchos problemas con el cambio. Lo tiraba, pero no tenía confianza», dijo Severino. «Ellos me dijeron que trabajase mucho en eso durante el invierno y eso fue lo que hice en la (República) Dominicana. Ahora tengo mucha confianza en soltarlo en cualquier situación y en cualquier cuenta».

Ese contraste entre una recta que promedia casi las 98 millas por hora y un cambio que se mueve en las 87 mph le ha convertido, a sus 23 años de edad, en un pitcher más difícil de descifrar.

En su primera temporada en 2015, Severino apeló al cambio en un 14,1% por ciento, pero la cifra retrocedió a 9,9%. Este año repuntó a un 13,5%.

«Lo tiraba desde 90 pies para coger el ‘feeling’ (sensación), lo tiraba y tiraba, todo los días», contó Severino a The Associated Press. «Después que llegué al spring training y enfrenté a bateadores, vi que estaba bien y le cogí confianza otra vez».

También influyeron los consejos de su compatriota Pedro Martínez, un miembro del Salón de la Fama vanagloriado por la pericia de su cambio.

«Pedro me ayudó en el arte de lanzar y en la parte mental. Me decía que todos mis pitcheos estaban buenos», dijo Severino. «Trabajamos en la mecánica, que todo estaba ahí. Por ejemplo, que me estaba abriendo muy rápido, muy temprano. Son cosas de ese tipo uno entiende mejor cuando las escuchas de alguien como él».

Hay otro aspecto en la tercera temporada de Severino: lanza con más tranquilidad.

Fue lo que resaltó su compañero de rotación CC Sabathia tras la última salida de Severino en la temporada regular.

«Su repertorio es el mismo al del año pasado», dijo Sabathia, un zurdo con más de 500 aperturas a lo largo de 17 años en las Grandes Ligas. «Lo que necesitaba era más experiencia para hacer las cosas con más calma. Varias veces lo vi tomándose un respiro».

Además, ha captado lo que describe como el constante juego del «gato y el ratón» frente a los bateadores.

«Hay que cambiar el plan todo el tiempo. Si enfrentaste a un equipo al que dominaste con cambio y slider, sin rectas adentro, ya en el juego que viene trato de tirar más rectas adentro, cosas diferentes. Aquí, en las Grandes Ligas, los bateadores se ajustan rápido, así (haciendo un chasquido con los dedos)», analizó Severino. «Si en el primer turno tú lo ponchaste con slider, en el otro turno te van a buscar el slider. Por eso, yo trato de mirar el video y mirar cómo yo lancé la vez anterior para tratar de hacer lo inverso».

Esta es la clase de mentalidad por la cual los Yanquis se fían en el brazo de Severino –no los de Masahiro Tanaka, Sonny Gray, Jaime García o Sabathia– para conseguir su primera victoria de postemporada desde que superaron a Baltimore en la serie divisional de 2012.

«Ha tenido una temporada increíble», comentó Girardi. «Hay que admirar lo que ha hecho durante el curso del año, cómo ha madurado, respondiendo cuando se enfrentó tantas veces contra ases rivales. Todos esos juegos en los que ha permitido una carrera o menos. Si estamos aquí, se debe a él en gran medida».

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