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300 victorias y Salón de la Fama, las metas de Justin Verlander

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Justin Verlander tiene metas grandes para lo que resta de su carrera. Foto: Getty Images

Justin Verlander tiene metas grandes para lo que resta de su carrera. Foto: Getty Images

El derecho de los Tigres, Justin Verlander, es uno de los mejores y más inteligentes pitchers de su generación. Todavía le gustan las victorias como estadística y piensa que tiene la posibilidades de llegar a los 300 triunfos para así asegurar su exaltación a Cooperstown.

«No creo que vaya a pasar mucho más, pero yo todavía tengo un chance», dijo Verlander durante una entrevista reciente con MLB.com. «No hubiese pensado eso hace un par de años debido a las lesiones. Pero ahora estoy sano, me siento bien y pienso que al menos puedo intentarlo».

Verlander tiene 34 años y suma 177 triunfos. Tendría que lanzar hasta los 44 años y promediar 12 victorias por temporada para llegar a las 300. Poco probable, pero no imposible.

«Creo que puedo lanzar hasta los 44», dijo Verlander sin titubear.

En cuanto a las lesiones, Verlander ha tenido problemas en el hombro derecho y el abdomen. Este última dolencia requirió de una cirugía antes de la temporada del 2014. En el 2015, una lesión en el tríceps lo dejó fuera hasta junio y sólo pudo hacer 20 aperturas y ganar cinco juegos en dicho año, las cifras más discretas de su carrera de 12 temporadas. De resto, ha promediado ligeramente por encima de 15 triunfos al año en las temporadas en las que ha estado saludable.

A ese ritmo de 15 ganados por zafra, Verlander podría llegar a los 300 ganados cuando tenga 42 años, asegurando así un lugar en Cooperstown. Llegar al Salón de la Fama es algo importante para él.

«Seguro, es algo en lo que he pensado. Es mi sueño desde que era un niño», dijo Verlander. «Uno quiere ser una estrella, y quieres ser una estrella por muchos años. No hay mejor forma de cuantificar eso que estar en el Salón de la Fama. Yo sé que aún falta trabajo por hacer, pero los votantes van a tener que usar menos los números tradicionales, específicamente las victorias. Analizar en base a las victorias será algo difícil debido a la forma en la que el juego ha cambiado».

Al escuchar que 31 de los 33 pitchers abridores que han sido elevados al Salón de la Fama por los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA) han ganado al menos 300 juegos, Verlander añadió lo siguiente: «Las victorias van a tener menos peso en el futuro, pero no estoy totalmente de acuerdo con eso. A mí me gustan las victorias. Me gusta ganar. Ese es mi trabajo cuando salgo a lanzar: ganar el juego de pelota».

Durante años, ha habido una inmensa discusión dentro de la comunidad sabermétrica sobre el valor de las victorias como medida del éxito para un lanzador abridor. No hay dudas de que mientras más lejos vaya un pitcher en un juego, mejor será la oportunidad de que su equipo lo gane, y por lo tanto de ser recompensado con una victoria. Un abridor que realice 100 lanzamientos y salga después del sexto inning queda expuesto a todo tipo de variables cuando una serie de relevistas tiene que preservar la ventaja.

Verlander ha lanzado 2,400 innings, incluyendo 251 en el 2011. Ese año ganó el Cy Young de la Liga Americana y la Triple Corona de pitcheo con un récord de 24-5, 2.40 de efectividad y 250 ponches. Su WHIP esa campaña fue de 0.92 y su tasa de ponches por cada nueve innings fue de 9.0.

Incluso el año pasado, ya completamente recuperado de las lesiones, Verlander tiró 227.2 actos, ganó 16 juegos y dejó 3.04 de efectividad. Sus 2,225 ponches de por vida lo ubican en el puesto 53 de todos los tiempos y de segundo entre los lanzadores activos detrás del dominicano Bartolo Colón, quien a los 44 años suma 2,399. A su edad, Verlander sigue tirando de forma regular rectas que se acercan a las 95 millas por hora.

Verlander, quien ha lanzado dos juegos sin hit ni carrera, está orgulloso de su durabilidad y de su capacidad de ir lejos en los juegos.

«Soy de los pocos que hacen eso en esta época», dijo. «Me enorgullece mucho mantenerme tanto tiempo como pueda. Yo lanzo dependiendo del marcador. Lanzó mucho dependiendo del marcador y trato de ir tan lejos como puedo. Si no tiro muchos innings, siento que no estoy haciendo mi trabajo».

Lanzar de acuerdo con la pizarra podría explicar la actuación de Verlander este año. En 10 aperturas ha tirado 61 innings, lo que llevado a 34 salidas le daría alrededor de 210 episodios. En un raro inicio de temporada para él, su control normalmente impecable no ha sido tal. Encabeza la Liga Americana con 29 boletos y su WHIP es de 1.41. El año pasado fue de 1.00.

Lanzar en la Liga Americana es otra variable que debería ser considerada por los votantes del Salón de la Fama, afirma Verlander.

«La diferencia es dramática», dijo. «Debido al bateador designado, los lineups son mucho más profundos. Es al menos una carrera más. Las alienaciones en la Liga Americana, construidas alrededor de un bateador que usualmente no puede jugar a la defensiva, es uno de los puntos centrales. Cuando vamos a los estadios de la Liga Nacional, Víctor Martínez quizás tome un turno. Eso te deja cojo de una pierna».

Utilizando esa vara, Mike Mussina, quien lanzó toda su carrera de 18 temporadas con los Orioles y los Yankees en la difícil División Este de la Liga Americana, ganó 270 juegos. A principios de este año, el 51.8% de los votantes lo colocó en sus planillas del Salón de la Fama.

«Debería estar adentro», dijo Verlander.

Mussina no está adentro. No todavía. Le quedan seis años más de elegibilidad y necesita el 75% de los votos para entrar. Si lo logra, podría ser el último abridor en un buen tiempo en recibir dicho honor.

Verlander concede que será difícil ser considerado el mejor lanzador de su generación. Además de él, Zack Greinke tiene 161 victorias, Cole Hamels 138, Adam Wainwright 139, y Clayton Kershaw, de apenas 29 años, suma 133 antes de la acción del domingo. Pero de cualquier forma, si estás entre los mejores por un período de 10 años, eso debería tener un impacto.

«Me gusta eso de la década», dijo Verlander. «Si eres el mejor jugador, o uno de los mejores de tu época, deberías entrar».

La conversación no se detendrá. Pero mientras tanto, Verlander seguirá tratando de llegar lo más cerca posible de las 300 victorias.

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