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Julio Urías dejó de ser una promesa para ser una realidad

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Julio Urías quiere seguir respondiendo a la confianza de los Dodgers. Foto: Getty Images

Julio Urías quiere seguir respondiendo a la confianza de los Dodgers. Foto: Getty Images

Para una promesa que aspiraba a convertir sus sueños en realidad, llegar a las Mayores fue un tremendo paso, pero ahora Julio César Urías ha evolucionado al punto de que del joven mexicano se espera una buena apertura cada vez que sube a la lomita.

Por supuesto, le falta un mundo por recorrer para hacerse grande en la pelota, pero sus superiores notan cada día más que puede llegar a ser un abridor impactante.

Cuando Clayton Kershaw daba sus primeros pasos, el grandioso Vin Scully comentó que podría ser un futuro Sandy Koufax y ahora el resto del planeta sabe que el legendario narrador de los Dodgers no estaba loco.

Sin llegar a comparaciones con un monstruo de la lomita como lo es Kershaw, no falta quien piense ahora que a su tierna edad Urías cuenta con un potencial aún más grande que el que asomaba a esa tierna edad el hoy ganador de tres premios Cy Young.

«Julio está bien arriba para tener 20 años de edad», analizó el instructor de lanzadores de los Dodgers, el otrora zurdo Rick Honeycutt, al hablar en superlativo de la promesa blanquiazul para los lectores de LasMayores.com. «Creo que en muchas formas, está más adelantado de lo que lo estaba ‘Kersh’ a esa etapa.

«Tiene la habilidad para tirar otros lanzamientos y a esa edad Kershaw contaba más que todo con la recta y la curva», analizó Honeycutt, ganador a su vez de 109 partidos en la Gran Carpa. «Julio dispone de un repertorio completo de lanzamientos. Es difícil remontarse en la memoria para encontrar un joven de esa edad con cuatro envíos».

Sólo el tiempo dirá qué tan bueno puede ser el nativo de Culiacán, Sinaloa, pero Honeycutt se frota las manos por solamente pensar que Urías tiene un porvenir muy sonriente.

«Creo que es un jovencito con mucha confianza en sí mismo que aspira a ser mejor y que trabaja bien duro para llegar a serlo», expresó Honeycutt, en su duodécima temporada como instructor de pitcheo de los Dodgers. «Me gustan su aplomo, su conducta general y el hecho de que siempre está positivo.

«Todavía es joven, pero a la vez tiene gran material y talento», subrayó Honeycutt. «Ahora nos toca poner todas las piezas en su lugar y eso se logra con consistencia».

En cuanto al 2017 se refiere, Honeycutt describe cada apertura de Urías como un buen esfuerzo en la lomita, incluyendo un inicio de cuatro episodios en las Montañas Rocosas que es «una de esas piedras en el camino de las cuales también se puede aprender mucho».

Por otra parte, Honeycutt considera que la presencia de tantos abridores con mucha experiencia en la rotación va a ayudar mucho a Urías, que puede aprender de ellos al ver su rutina de trabajo, su esfuerzo para sacar lo máximo de su talento.

«El proceso de ser consistente es lo que hace ser grandes a los que están a este nivel», filosofó Honeycutt. «Creo que él anticipa que sí puede serlo y aspira a ser mejor».

Una prueba de lo que puede alcanzar la saboreó Urías al trabajar seis episodios sin hits ni carreras frente a los Piratas de Pittsburgh el 9 de mayo reciente ante 47,720 espectadores en Dodger Stadium, escenario de su próxima apertura este sábado frente a los Marlins de Miami.

«La verdad es que fue algo muy bonito», recordó el zurdo mexicano, cuya recta promedio a 93.25 millas en el 2017 es superior al general del 92.92 en las Grandes Ligas de acuerdo a Statcast™. «Lo venía sintiendo desde el cuarto o quinto inning, ya cuando iba lejos. Un sin hits ni carreras se siente diferente que un juego normal.

«Desgraciadamente no se pudo, pero lo importante es que salimos con la victoria de ese juego», complementó Urías.

Ya Urías sabe lo que es lanzar un sin hits, pero a niveles muy diferentes de su vida.

«No, en las ligas menores nunca me tocó [lanzar un sin hits]», refrescó Urías. «Me tocaron muchos en las ligas infantiles, allá en México, pero no en el béisbol profesional».

Obviamente, no va a coquetear con la inmortalidad cada vez que se ponga su uniforme número siete de los Dodgers, pero sí aspira a progresar como pitcher cada vez que el dirigente Dave Roberts le entregue la bola.

«Me siento muy bien, principalmente saludable que es lo que todos esperan en este deporte, lo demás va a venir con el trabajo día a día, esforzándome para ser mejor», dijo el sinaloense. «La verdad es que siento más confianza que el año pasado».

Aquel juego frente a los Piratas ha sido hasta ahora su más largo (6.1 episodios) en el Béisbol de Lujo, pero su aspiración es sacarles amplio provecho de manera consistente a esos 90-100 pitcheos que le va a brindar Roberts por noche, ahora que se sabe que va a ser integrante de la rotación a lo largo del 2017.

«Me estoy preparando tanto física como mentalmente, para tratar de salir y pelear lo más que pueda y tirar lo más que pueda en cada juego», detalló Urías. «Estoy listo para lo que ellos decidan. Ojalá me sigan dando la confianza y yo voy a seguir estando listo para responder a ella».

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