El bateo como receptor sí refleja el talento de Montero.
El promedio, los cuadrangulares, las carreras impulsadas y todos los departamentos ofensivos expresan por sí solos la preferencia de Jesús Montero por la receptoría, a diferencia de cuando espera turnos al bate viendo el juego desde la cueva de los Marineros.
Es cierto, Montero no tiene la mejor defensa para jugar todos los días como receptor –este año le han salido al robo 17 hombres y solamente dos no han llegado a su destino–, pero no es un problema que los técnicos de Seattle no puedan mejorar. También claro está que John Jaso y Miguel Olivo representan un impedimento para que Montero vea más acción como catcher.
Su bateo mientras está detrás del plato sugiere que el criollo necesita más juegos a la defensiva, ya que tiene una línea de .342/5 HR/13 RBI cuando cumple funciones de receptor, en comparación a la de .171/1 HR/9 RBI cuando es bateador designado.
Quizás una alternativa para mejorar esta situación, sea evaluar la opción de darle unos cuantos encuentros en la inicial, junto a Mike Carp y Justin Smoak. El movimiento no sería demencial, de hecho, ha habido un sinnúmero de casos parecidos, como los de Buster Posey y Pablo Sandoval, por mencionar dos. El objetivo se basaría en darle la menor cantidad de juegos al venezolano como bateador designado.
Esto ya se ha visto antes en Grandes Ligas: a hombres como Carlos Delgado, Albert Belle y Willie Horton no les fue tan bien como designados en sus carreras, por el contrario, repartieron batazos por doquier ocupando otras posiciones.
Sin embargo, últimamente se veía más a Montero como catcher, pero se debía a que Miguel Olivo estaba lesionado. El boricua fue activado ayer, aunque el estratega de Seattle, Eric Wedge, aseguró que Montero seguirá siendo parte de la receptoría.
Por: Juan Manuel Páez
Twitter: @jmanupz
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