Lipso Nava confía en sus jugadores.
Desde que se instauró el formato actual del todos contra todos en la temporada 1987-1988, ningún equipo que ha perdido sus tres primeros encuentros de postemporada ha logrado llegar a la final. Esa heroica tarea de cambiar la historia es la que se le presenta a las Águilas del Zulia, pero al analizar las herramientas con las que cuenta el equipo rapaz la meta se asemeja literalmente a la conquista de la cima del monte Everest.
Para esta etapa de la campaña la directiva zuliana confió en la velocidad y el contacto para estructurar su ofensiva, plan que no dio resultados en estas primeras instancias del round robin, donde la alineación emplumada batea colectivamente .208 (96-20) y .181 (22-4) con corredores en posición anotadora.
«No hay que bajar la cabeza y los muchachos están consciente de eso», señala Lipso Nava, mánager. «Hay un poco de impotencia al ver que la cosas no salen como queremos, sobre todo porque sé que mis jugadores están tratando de mejorar la situación en la que estamos».
Varias pruebas
Nava está consciente de que su alineación pasa por el peor bache de la campaña y que tiene que seguir experimentado movimientos para tratar de sacar al equipo del lapsus ofensivo en que se encuentra.
«Tengo que conseguir la manera de que las carreras lleguen, si hay que seguir haciendo algunos ajustes los seguiré haciendo, lo importante es conseguir resultados positivos lo más pronto posible».
Lipso no consigue la fórmula en su toletería, en los tres primeros encuentros Hernán Iribarren, Henry Rodríguez y Alcides Escobar han estado, respectivamente, primero en el orden al bate. En la parte baja del line up jugadores como Freddy Parajo, Énder Inciarte, Antonio Álvarez e Iribarren también son parte de los experimentos que trata de implementar Nava para darle balance a su alineación.
«No le hago caso a comentarios sobre si tengo o no el mejor equipo de este round robin, trato de hacerle ver a mis muchachos que haciendo las cosas pequeñas es que se consiguen las victorias».
Apurados
Para Lipso no es secreto que la presión por conseguir los triunfos incide directamente en el rendimiento de sus bateadores.
«Se están presionando mucho por lo que está pasando, también la fatiga física y mental que exige esta etapa está haciendo mella en algunos jugadores».<
En esta fase, los tres primeros bateadores de las Águilas no han visto más de seis lanzamientos colectivamente en el primer episodio.
«La ansiedad de cambiar las cosas en un solo turno hace que algunos bateadores estén haciendo swing a envíos fuera de la zona».
Ernesto Mejía (.083), Escobar (.083), José Pirela (.182) e Iribarren (.182) son los más afectados por este aspecto.
Por: Wilmer Reina/La Verdad
